Paralelismo

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Nota: no es un capítulo, el próximo si.

Solamente quería escribir algo para que se den a la idea de lo que pasará.

Ahora que terminó el manga quiero intentar que no esté demasiado al canon.

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El poder lo es todo, la fuerza igual.

Mientras uno demuestre ser fuerte, nadie te va doblegar. Nadie se atreve a lastimarte, por lo menos de manera física, ya que somos humanos y por ello internamente se puede dañar, como lo son nuestros sentimientos, no podemos ser fuerte todo el tiempo.

Aunque hay que agregar a esas palabras muchos pro y contras.

Las ventajas de ser fuerte es...

Todos te admiran.

Todos te siguen como un ídolo.

Eres perfecto para él o ellos.

Eres su soporte en momentos críticos, siempre das tu hombro y consuelas.

Como un héroe.

Las desventajas es mayor...

No lloras aunque estés destrozado por dentro...

Lloras en silencio, sin ningún consuelo quien te lo de.

No puedes pedir un consejo de tus temores; como eres fuerte e invencible no necesitas tal cosa, los fuertes no tienen debilidades.

No puedes pedir un hombro en el cual llorar, porque en esos momentos los demás están igual o peor, por lo cual debes de demostrar tu gran confianza.

Sientes la presión de ser perfecto en esos momentos...

Nadie ve que estás cayendo a fondo...

Porque construiste una máscara tan perfecta que nadie lo nota.

Hasta ahora me di cuenta de ello, ni yo que supe de Kisaki causó todo esto logré perdonarlo. Al momento de que lo conocí, un puñetazo le di al ver lo que le hizo a Hina y Akkun.

Tú perdonaste a Kazutora, como algo tan fácil, ese día vi un alivio su corazón y mente.

Creí que al decirte de donde provengo, tendríamos un mejor futuro.

El mío era de color de rosa, pero tú decidiste tomar el camino de la corrupción por tal de protegernos, ojos vacíos y sin vida. Así te encontré en aquel futuro que para todo era el mejor, el tuyo fue un infierno.

Llegué tarde en aquel futuro y solamente vi como te lanzaste de aquél edificio, no existe el hubiera y aunque viajo tras el tiempo, no pude ni siquiera proteger tus anclas.

Quienes te mantenían los pies en la tierra.

No pude.

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