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La noche seguía su curso, ya eran pasadas de la medianoche, en donde se supone que unos deberían seguir durmiendo para prepararse en levantase, pero no para otros.

- Con eso, ya no necesitarán eso. ¿Cierto? - El doctor Nanase espero la respuesta del contrario, quien estaba sorprendido por las ideas que les han dado.

- ¿Esta seguro que funcionara? - Pregunto un poco dudoso, pues la oferta es muy tentadora y no habría necesidad de regresar a ese mundo.

A tal punto en que puede limpiar los nombres de todos y a la vez tener un poder diferente, pero también fuera muy lento el camino y efectivo.

- Si. Confía en mí, jamás diré algo en lo que no estaré seguro. - Confirmo sin siquiera titubear ante lo que había propuesto.

Ambos caminaban hacia la atrás del hospital, sitio en el que algunos descansaban al mediodía o cuando se podía, dejaron a unos guardias para cuidar del abuelo de Mikey, también a las enfermeras atentas ante cualquier situación que se le presente al abuelo del rubio ceniza.

Riku se detuvo en un lugar específico, se agachó para arrancar algunas flores que estaban en un pequeño jardín que se había diseñado para adornar el lugar, Koko lo vio extraño por unos momentos, pero aún cuando el joven le pidió que buscará una caja de herramientas no dudó en hacerlo. Con gran paciencia el pelirrojo cortaba algunas rosas también, cuidado en no pincharse con las espinas.

Cuando recolectó las que quería, sonrió suavemente hacia Koko, con su mejilla con un poco de tierra y sus manos cuidadas por unos guantes de jardinería dejo las herramientas en su lugar y con mucho cuidado recogió las que había arrancado. Sin dar explicaciones el pelirrojo camino hacia una puerta que no estaba lejos del jardín, abrió con la mano que tenía libre e hizo que Koko encendiera la luz de aquella pequeña habitación.

- ¿Para que es ésto? - pregunto mientras el contrario solo sonrió triste y señaló a los alrededores.

Fue un pequeño capricho comprar algunas cosas para crear arreglos florales, nadie sabía excepto él y ahora Koko ahora es conocedor, pues nunca le ha encantado contar sus cosas.

- Estoy haciendo dos ramos, el jardín fue para... No importa, lo que si sé es que son para Kakucho-san. Probablemente Mikey-san te traerá para ir al entierro, necesitaré que lleves un ramo de mi parte. - explicó mientras con gran paciencia quitaba las espinas de las bellas rosas.

Mierda, olvidó que hace no mucho el de la cicatriz en el rostro había muerto. Y aún así el pelirrojo hacia los ramos con mucha tranquilidad, no sabía que decir pues Kakucho hablaba con el menor cuando podía y se miraban muy a gusto.

Ahora recordaba que a Mikey no solo le dijeron que su abuelo moriría en... No sabe cuánto tiempo, si no que también murió uno de los suyos por obra de un amigo de infancia, no sabía cómo mirará a Sanzu al saber que mato la persona que fue rescatado a costa de la vida de Izana. Luego recuerda que el que es su jefe actual perdono al asesino de su hermano y amigo de infancia, era también capaz de perdonar a Izana después de haber ayudado en la muerte de Emma.

Que dolor, perdonar aquellas personas que te han dañado intensamente y hacer como si nada es algo del cual admirar en su amigo.

Con ello en mente sabía que este plan debía de funcionar sí o sí, no quiere que lo único que le quede a Mikey se vaya perdiendo por una venganza hacia él, y acepta que el inframundo es más efectiva proteger a todos aquellos chicos quienes fueron/son de mucha importancia para su jefe, pero Hanagaki vendría a cambiar el destino nuevamente, no se podía dar el lujo de perder a nadie más.

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