8

25 5 0
                                    

Lee Taemin y Byun Baekhyun paseaban hablando animadamente por Hyde Park una tarde soleada. A cierta distancia podían parecer dos jovenes elegantes y recatados, pero si alguien se hubiese acercado lo suficiente para oír su conversación de seguro que ya no hubiese pensado lo mismo.

—Baekhyun, si me entero de que has tenido algo que ver con la invitación, te juro que voy a devolvértela, y créeme que sé dónde darte para que te duela —le decía Taemin visiblemente ofendido.

—Me estás metiendo medallas cuando yo lo único que hice fue conseguirte un baile, pero gracias.

Sonrió, en el fondo no había hecho nada de nada.

—¿Y para qué se supone que nos han invitado?

—Es una excusa para pasar el fin de semana entre amigos mientras los hombres juegan a pescar peces en el gran lago de Kyuhyun... no sé qué, y nosotros pescamos otra cosa.

—Cho, Baekhyun —dijo Taemin, que ya se había acostumbrado a su falta de memoria para los nombres, pero no para las caras ni los datos históricos ni los argumentos de los libros.

—Eso.

—Solo soy el hijo de un burgués, ¿de veras crees que un barón se fijaría en mí? Un barón rico, si estuviese totalmente arruinado otro gallo cantaría. Y ni eso, porque mi dote se ha visto reducida considerablemente por culpa del crápula de mi hermano.

—Estás subestimando al amor, querido —dijo él sonriendo, dejando ver sus dientes blancos.

—Y tú lo sobrevaloras. Déjame decirte algo, los hombres son unos aprovechados que miran más el bolsillo que el corazón, el amor les trae sin cuidado.

—No todos. Precisamente estamos buscando a esos románticos, a esos animales apasionados casi extintos.

—Hablas como si estuvieses en la selva —dijo Taemin.

—Es que estamos en la jungla. Aquí quién gana es el depredador más rápido y más feroz.

—Y el animal más peligroso es Kim Seokjin.

Justo después de decir eso, se oyó el crujido de un carruaje y a los dos se les puso la piel de gallina.

—Kim Seokjin es totalmente inofensivo —dijo Baekhyun, recordando su conversación y lo poco efectiva que fue. Además de poco amenazante.

—Me dijiste que habías hablado con él, ¿qué te dijo? —preguntó, desviándose un poco del camino central, no le gustaba que nadie cuchichease ni escuchase lo que hablaban, y menos sobre los Kim.

—Nada importante, está celoso —dijo con una sonrisa triunfal.

—¿Celoso Kim Seokjin? Creo que ves la realidad algo distorsionada, cielo.

Era un Kim, podía tener lo que quisiera y a quién quisiera.

—Lo digo en serio, y no es nada peligroso.

—Puede que él solo sí, pero su abuela es de lo peor. En serio, no sé cómo logró que la tía de Seokjin se casase con un hombre que estaba prometido con una heredera con trescientos mil al año. ¡Imagínate!

—Será que los Kim pueden tener esa suma y más. Por mi parte, el dinero no es problema. Puedo pagar mi propia dote.

—¿De veras? —preguntó Taemin sorprendido.

—Por supuesto. Estoy esperando a que Siwon, mi fiel administrador indio, llegue para depositar parte de mis ganancias en el Banco de Londres. La independencia económica es la clave para nosotros en el futuro —dijo convencido, siendo eso lo que pensaba realmente.

UAP #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora