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Se estaba desesperando porque el cochero no estaba listo, y no quería perder ni un minuto más.

—¡Ensillen mi caballo entonces! —gritó Park Chanyeol, tremendamente enfadado. Lo estaba tanto que apenas se dio cuenta de que tenía las manos tan apretadas que se estaba clavando las uñas.

Salió de su propiedad al galope por las calles de Londres hasta llegar a casa de su hermano. No esperó a que lo anunciasen, sino que traspasó la puerta ignorando al mayordomo. Cogió uno de los candelabros encendidos para no tropezar.

—¡Jungkook! —gritó, subiendo las escaleras. Sabía de sobra el recorrido hasta su despacho, pero no estaba allí, así que siguió avanzando por el pasillo hasta llegar a su habitación.

Abrió la puerta tan fuerte que rebotó en la pared. Oyó un chillido y vio que en la cama estaba Jungkook con una mujer. Lo que faltaba, iba a casarse con Baekhyun y tenía el descaro de llevarse a una mujer al lecho el mismo día de prometerse.

—Ese no es mi marido —dijo la mujer, que ni siquiera se molestó en cubrirse ante la presencia de un extraño.

Jungkook abrió los ojos y, después de desperezarse, se levantó de la cama como Dios lo trajo al mundo y se vistió con la bata que tenía en el suelo.

—¿Qué pasa ahora?

No tuvo tiempo ni de ver cómo Chanyeol se daba empuje con el brazo y le daba con su puño en la mejilla izquierda, con tal fuerza que hasta lo tiró hacia atrás. Por suerte, cayó encima de su cama.

—¿¡Qué demonios Chanyeol!?

No entendía por qué su hermano se estaba comportando de esta forma, al menos con él.

—¿Lo quieres, Jungkook?

Él observó cómo su hermano se apoyaba en la pared y se dejaba caer poco a poco hasta sentarse en el suelo, sin alzar la vista. Podía perder los nervios con facilidad, pero nunca la compostura como ahora.

—¿A quién? —preguntó, armándose de paciencia al verlo de esta forma mientras que, con la mano, palpaba la magulladura que le había hecho en la cara.

—A Baekhyun.

—¿Byun Baekhyun? ¿Por qué me preguntas por el?

—Porque va a casarse contigo.

Jungkook no tardó en descifrar qué era lo que Baekhyun había hecho antes de irse, nada más y nada menos que clavarle una última estocada de despedida. Y se rio.

Chanyeol alzó la mirada hacia su hermano que, sentado en el extremo de la cama, no paraba de reírse a carcajada limpia.

—Tenía dudas acerca de tu humanidad, pero está visto que no la tienes —dijo todo serio.

—Baekhyun ha venido a verme esta tarde y ha declinado mi proposición.

Al oír aquello se levantó del suelo con rapidez, asimilando lo que su hermano le decía.

—¿Cuándo le hiciste tal proposición?

—Cuando me enteré de su apuesta. El estaría receptivo al matrimonio y a mí no me importaría casarme con el. Dejémoslo en que es mi tipo.

Chanyeol quería preguntar más, pero no estaba seguro de que la respuesta le gustase, así que se calló.

—Continúa.

—Si no encontraba a nadie, se casaría conmigo al final de la temporada y ganaría la apuesta, ese era el trato. Pero me dijo que no quería seguir con el trato y que se marchaba.

—¿Te dijo por qué? —Esa era la pregunta clave. Porque, si no iba a casarse con Jungkook, ¿por qué se marchaba? Y adónde.

¿Por qué demonios le había mentido? Sabía que mentía al decir que no lo quería, el era incapaz de fingir. No, había cosas que no podían fingirse y lo que había vivido con Baek era imposible. En su fuero interno lo sabía muy bien.

UAP #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora