—Aquí estamos de nuevo —le comentó un sonriente Park Baekhyun a Taemin, mientras esperaban en el concurrido muelle. Los dos formaban parte de un gran grupo de familiares que esperaban el desembarco de la tripulación del Blue Ridge tras un largo viaje. El barco regresaba de monitorizar unas pruebas marinas y llevaba casi cinco meses en alta mar.
Taemin ansiaba el regreso de Minho por más razones de las habituales. Había echado de menos a su esposo como siempre que estaba de viaje por un tiempo.
Habían sido muy felices durante los dos años que llevaban casados. Convertirse en el esposo de Minho le había enseñado a Taemin lecciones muy valiosas sobre sí mismo.
Adoraba la vida de la Marina. Disfrutaba con ella, tal y como Minho había dicho.
Estaba en su hogar, donde siempre había deseado estar. Llevaba la Marina en la sangre, igual que su padre y Minho.
Aunque no tenía mucho que ver con la defensa de la nación, Taemin, igual que otros esposos como él, eran tan importantes para la Marina como toda la flota del Pacífico.
—Allí está papi —gritó Baekhyun, señalando a Chanyeol, que bajaba por la pasarela.
Chanhyun y los dos pequeños corrieron hacia su padre.
Minho estaba detrás de Chanyeol. Hizo una pausa y buscó a Taemin entre la gente. A él se le aceleró el corazón mientras caminaba hacia Minho con paso digno. Sin embargo, pronto echó a correr cuando vio que Minho se apresuraba a ir hacia él. Lo agarró por la cintura y lo alzó por el aire; sus bocas se encontraron y se fundieron la una con la otra en una fiesta de amor, deseo y necesidad.
—Bienvenido a casa, teniente —dijo Taemin cuando pudo, limpiándose la humedad del rostro. En general no solía ser emotivo en esas reuniones y no quería desvelar su secreto demasiado pronto.
Lentamente, Minho lo depositó en el suelo, pero no lo soltó.
—¿Me has echado de menos?
—Una barbaridad.
—Estas pálido. —Acarició su mejilla con ternura—. No habrás estado excediéndote en tu trabajo como voluntario, ¿verdad?
—Me encanta trabajar para el despacho del capellán.
—Eso no contesta a mi pregunta.
—Deja de discutir y haz el favor de besarme.
Minho no dudó en cumplir ese deseo, apretándolo contra él y devorando su boca. Cuando alzó la cabeza, sus ojos lo miraron interrogantes.
—¿Taemin?
—Sí. —Le sonrió con picardía.
—¿Has ganado peso?
—¿Eso es una pregunta o una afirmación?
Minho dio un paso hacia atrás y Taemin observó cómo su mirada pasaba de sus mejillas hinchadas al leve abultamiento de su redondeado vientre. Abrió la palma de la mano y la colocó en el bulto, como si no hubiera visto a una persona embarazada en toda su vida.
—Sí, mi cielo, estamos embarazados.
—Un bebé —susurró él casi con timidez—. Pero... no me habías dicho una palabra.
—No lo descubrí hasta después de tu marcha, y entonces pensé que un esposo embarazado sería una feliz sorpresa para tu regreso.
—Un bebé —susurró Minho por segunda vez, como si estuviera buscando otras palabras que decir.
Tomó su rostro entre las manos y pasó los pulgares por las lágrimas que surcaban sus mejillas.
—Te quiero, Lee Taemin de Choi, más y más cada día que pasa. Gracias a Dios que recuperaste la cordura y te casaste conmigo.
Taemin también le daba gracias a Dios. Su esposo apoyó la mano en su vientre de nuevo y después, con gesto protector, lo envolvió en el círculo de sus brazos.
—Un bebé —volvió a decir, como si aún no pudiera creerlo.
—Nuestro propio hijo de la Marina —añadió Taemin, justo antes de que sus bocas se fundieran en una.
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LCM
FanfictionEsta es mi segunda adaptación, le tengo mucho aprecio, así que la tendrán de nuevo.