Capítulo 4

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Martes, hora del desayuno en Konoha High School.

Todos estaban comiendo con los suyos, divirtiéndose y charlando alegremente entre ellos.

Los deportistas jugaban con todos los distintos tipos de balones de deporte que existen: Se daban rebotes con ellos en la cabeza, los hacían girar en un solo dedo, entre otras cosas. Los ecologistas veían atentamente como la mayoría de los insectos que habían rescatado hace poco se manifestaban en sus jaulas de vidrio con sus respectivos ambientes.

Los dramaturgos planeaban la próxima obra de teatro de la escuela. Los amantes de la moda hacían nuevos diseños. Los tecnológicos jugaban videojuegos. Y algunos músicos estaban sentados encima del respaldar de la silla, o encima de la mesa tocando una canción que sólo escuchaban los suyos.

Podemos identificar a Naruto como el último caso, que con una sonrisa tocaba algo de música mientras Sasuke andaba en su celular y los demás chicos comían.

—Hace rato que estás ahí metido .—La voz grave de Gaara se escuchó, apuntando a Sasuke con su mirada turquesa—. ¿Qué haces tanto en tu celular?

—Nada.

La seca respuesta de Sasuke a la vez que apagaba su celular y lo ponía a un lado, dejó desconcertados a todos. Inclusive, la curiosidad por saber qué hacía hace unos momentos aumentó grandemente en ellos.

—Sí claro, y yo me quiero casar. —Shikamaru no perdió tiempo y agarró sin permiso alguno el celular de Sasuke, para así encenderlo. Gracias al cielo, el dispositivo no tenía contraseña.

Por su parte, el azabache casi se atraganta con la comida al darse cuenta que su amigo peli-piña desbloqueó sin ningún problema su celular.

—¡Oye! Dámelo .—Sasuke trató de arrebatarle el celular al Nara, pero él no se lo
ponía fácil.

El chisme le puede. Y claro que quería saber lo que Sasuke ocultaba.

—¿Acaso te estás mensajeando con una chica, como para que sea tan confidencial? .—El Uchiha se alejó abruptamente del peli-piña e hizo una mueca de asco cuando lo escuchó. El castaño preguntó eso de manera relajada y segura, por lo que supo que la pregunta iba en serio.

—Por supuesto que no, ¡Estás loco! .—Exclamó extremadamente asqueado. No es que le den asco en sí las chicas, pero desde que ocurrió lo de Naruto, tener novia no estaba todavía en su lista de pendientes.

Aprovechando la indignación del azabache, Shikamaru entró a "Notas" y observó lo que su amigo hace rato escribía, dándose cuenta que era nada más ni nada menos que...

—¿Un libro?—Preguntó Sai, alzando una ceja muy consternado. Se había acercado al Nara junto con los demás, puesto a que todos estaban muy curiosos por chismosear... Digo, por ver la escritura de Sasuke.

—No sabía que te querías hacer escritor, Sasuke .—Comentó Kiba mirando aterrorizado la pantalla del celular.

—En realidad, no creo que sea... .—Hablaba Gaara, pero fue interrumpido por Kankurō:

—Ay, madre de Dios, Sasuke .—Kankurō se lamentó poniéndose la mano encima de su no boca.

—¡¿Cómo te atreves, Teme?!, ¡Creí que le serías fiel a la música para siempre, dettebayo! .—Naruto no había ni siquiera leído la lectura, solo señaló a su amigo de adelante con el dedo índice e hizo lo primero que se le ocurrió.

¡Eso es inaceptable!, ¡¿Cómo Sasuke es tan traicionero?!

Lo creyó de todos, menos de él.

—Ya, cállense.

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