Capítulo 14

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TenTen caminaba de un lado al otro muy desesperada.

— ¡Ay, Dios! ¡¿A qué hora planea llegar, Hinata?! —exclamó señalando el espejo delante de ella. Nuevamente se encontraban en el sótano de la Torre del Hokage con sus amigas, Kakashi y Kurenai.

— Han pasado más de cinco días, ¿Creen que esté bien? —cuestionó Sakura estando un tanto preocupada.

— Confíen en ella. Les aseguro que está más que bien —dijo Kakashi mientras leía sus típicos libros.

Siguieron esperando con desesperación, hasta que vieron como el espejo brillaba con mucha intensidad, para después, de ahí, salir una Hinata y un Akamaru mareados.

— ¡CHICOS! —exclamó Temari levantándose y abrazando a ambos recién llegados, las demás repitieron su acción muy aliviadas.

Cuando se separaron, enseguida se fijaron en ella.

— ¡Volviste, sí! —celebró TenTen.

— ¡Tienes la esfera, eso es genial! —Ino dio un salto al ver el bolso que la chica tenía en su espada.

— ¡Sabía que lo lograrías! —comentó Sakura posando su brazo encima de los hombros de Hinata.

— ¡Sí, jamás dudamos! —Matsuri se acercó y la abrazó nuevamente.

— Estábamos muy preocupadas —dijo Temari con sinceridad.

— ¿Yuna está bien? —preguntó Kurenai.

Hinata asintió mientras sus ojos le brillaban ligeramente—. Creo que ella estará muy bien, la dejé en buenas manos.

— Hinata, lo lograste —Kakashi sonrió—. ¿Ves? No debiste dudar de ti.

— La verdad no lo logré yo sola, tuve la ayuda de Akamaru-Chan y unas amigas.

— ¿Tengo que ponerme celosa? —cuestionó Ino cruzándose de brazos.

— No, tranquila —negó mientras reía. Pero al recordar algo, giró su cabeza y miró mal al peli-plata—. Usted no nos dijo toda la verdad, y estoy sospechando que ustedes tampoco —esta vez señaló a Kurenai y recordó a Anko.

— ¿Ya te enteraste? —preguntó Kurenai confundida.

— De una forma extraña, pero sí.

— No entiendo, explíquense —ordenó Sakura.

— Verán...

Y así, y mientras salían, empezó a explicar todo lo que se enteró allá. Sobre que ellas son la reencarnación de las Seis Ninjas Guerreras etc etc.

Y Kakashi no sintió más, que un zape en la cabeza por parte de la peli-rosa.

— ¡¿Por qué nos mintió, eh?!

— ¡Se tenían que enterar con el tiempo! —se excusó—. ¡Y no me pegues, soy... Digo, era tu sensei, pero sigo siendo mayor que tú y merezco respeto!

La oji-jade rodó los ojos.

— ¿Y cómo es ese lugar? —preguntó TenTen muy curiosa.

— Es muy diferente, se los aseguro —habló Akamaru—. ¡Me volví pequeño, ya extrañaba mi tamaño normal!

— Pero aún puedes hablar, y eso sigue siendo extraño —dijo Temari mirándolo raro.

— Akamaru-Chan debe seguir hablando, es muy inteligente —Hinata sonrió y le acarició la orejita al canino... Al gran canino.

— Akamaru —Kurenai llamó la atención de todos—. Kiba ya está aquí en Konoha, te vino a buscar pero tú estabas con Hinata. ¿Quieres que te lleve ahora?

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