Capítulo 5

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¿Miedo? ¿Terror?

Nah, eso no describía ni la mitad de lo que Hinata sentía en ese momento.

Se encontraba en la oficina de Lady Tsunade. Ella le hacía una especie de interrogatorio por algo que no comprendió muy bien. Solo sabía que, en ese instante, estaba que se moría de los nervios.

—Pero no lo entiendo .—La locura estaba muy cerca de consumirla. ¿Cómo llegó a todo aquello?

—Evidentemente eres tú en las fotografías ¿No es así? .—Tsunade le enseñó a Hinata las fotos del sobre que le dio Yuna hace algunas horas. Hinata se espantó al verse allí, en algo que nunca vivió ni pasó.

—Sí, pero...-

—Creo que debe ser bastante obvio que no dejarán que alguien que hizo algo ASÍ, compita por la corona y esfera del Baile de Luna .—Tsunade golpeó la mesa, dando la impresión que con un poco más de fuerza la podía romper.

A la vez, Hinata abrió sus ojos con horror.

No...

Iba a fallar en la misión.

Kakashi-Sensei estaría decepcionado de ella, sus amigas... Naruto.

—¡Vieja Tsunade! .—Y hablando del Rey de Roma. Naruto había entrado inesperadamente por la puerta. Su cara demostraba pánico, y al mismo tiempo cansancio. ¿Cuánto se puso a correr?

—¡Te he dicho más de mil veces que no me digas así! .—La directora señaló al rubio que acabó de entrar con su dedo índice, muy molesta.

—¡Pero no estoy mintiendo, Dettebayo! .—Tsunade le envió una mirada de muerte—. Sin embargo, hay personas que no aceptan la triste y cruda realidad .—Murmuró por lo bajo, pero Hinata sí lo alcanzó a escuchar. En otras circunstancias, seguramente hubiera soltado una pequeña risa—. Bueno, esa no es la razón por la que vine aquí.

—¿Entonces...?

—Encontré esto en el basurero de la biblioteca .—Naruto le entregó a Tsunade unas fotos recortadas—, Tiene que verlo, Dettebayo. Alguien convino esas fotos para que pareciera que Hinata destruyó el auditorio.

En las fotografías que Naruto le mostraba se veía la silueta recortada de Hinata jugando fútbol. Tsunade alzó una ceja y cogió las fotos que Yuna le dio; puso las fotografías de la peli-naranja detrás de las del rubio, viendo que la silueta de Hinata encajaba perfectamente.

Suspiró, un poco apenada por la acusación hacia Hinata.

—Te agradezco que me hayas traído lo que encontraste, Naruto .—Tsunade sonrió mirando al rubio, quien le devolvió el gesto; luego, puso su atención en Hinata—. En vista de esta nueva evidencia, claro que puedes continuar tu campaña para ser la princesa del Baile de Luna.

Hinata abrió los ojos a la par y no pudo ocultar su gran sonrisa feliz. No sabía qué rayos hacer, si saltar o correr por todo el campus... Pues... ¡No falló en su misión!, todavía hay una esperanza de lograrlo... Y todo gracias a Naruto.

Con esa alegría y emoción permanentes corrió al oji-azul y lo abrazó, causando que en las mejillas del rubio un rojo carmesí apareciera.

—¡Gracias!, no tienes idea de lo importante que esto es para mí .—Hinata no pensaba en lo que hacía, simplemente hacía lo que el entusiasmo le decía qué hacer.

Naruto estaba en un debate mental: ¿La abrazaba o no la abrazaba?, ¿Podría devolverle el abrazo?, ¿No se molestaría?, ¿Por qué de repente se sonrojaba?, ¿Y por qué se ponía tan nervioso?

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