- Abejas en la nieve - <Quacknoblade>

1.-

"¡Eres un maldito imbecil!" La voz rasposa resonó en los oídos de Alex justo después de escuchar la puerta principal abrirse en un golpe estremecedor.  Schaltt había llegado a casa, y obviamente, no estaba de buen humor. Su figura trajeada e imponente se alzó por el pasillo más rápido de lo que el pato pudo procesar. Su mente por un segundo quedó en ruido sordo mientras procesaba lo que estaba por ocurrir.

"Mami... papá esta enojado.." la voz de Toby no fue una pregunta, fue una afirmación dolorosa que se quebró en el fondo de su garganta, el pequeño cuerpo del cabrito se presiono contra la figura de Quackity, el cual se encontraba en cuclillas (habiendo estado jugueteando con el castaño).

Alex finalmente reaccionó, y su cuerpo se movió más rápido que su mente, enredo sus manos delgaduchas en el cuerpo de Tubbo cargandolo contra su pecho acelerado; así moviéndose con avidez hasta el armario más cercano, uno de puertas blancas como la nieve con pequeñas nubes dibujadas así como abejas y flores decorando cuidadosamente.

"Posición A, abejita" Mencionó, intentado que así, su voz no temblase ni reflejase lo que realmente estaba sintiendo: pánico

Quackity estaba en pánico, incluso mientras observaba al niño que no tenía más de 5 años en su haber hacerse bolita y tomar un poco de ropa del armario para tapar su cabecita, un niño de esa edad no debería saber hacer eso, un niño no debería conocer claves estúpidas para esconderse de un carnero furioso que ahora mismo buscaba de cuarto en cuarto a su esposo y a su hijo.

La frustración creció venenosamente en el pecho del latino antes de susurrar un ligero "Te amo" y cerrar el armario de una, listo para cambiar de habitación, si le iban a partir la cabeza, se aseguraría de que fuese en un lugar donde tubbo no pudiese ver, ni escuchar, y mucho menos quedar en medio de todo el problema, saldría de ahí lo más rápido posible tratando de no toparse a si marido y así trataría de calmarlo lejos de la habitación.

Al menos ese era el plan, su mano apenas iba a alcanzar la perilla dorada de la puerta cuando está se abrió primero justo frente a sus narices en un estruendo que le sacó el aire de los pulmones instantáneamente.

Era como si la sangre se hubiese agolpado en lo alto de su cabeza para luego caer violentamente hasta los pies, su cabeza se sintió apretada cuando aquellos ojos profundos lo localizaron con una frialdad estremecedora, terror terror terror

Solo sentía terror al estar frente a Schaltt de esa manera.

"Eres una maldita golfa" fue lo primero que llenó sus oídos llevando la confusión a sumarse en sus expresiones faciales, trató de repasar aceleradamente a que diablos se refería, sus labios se abrieron nuevamente, balbuceando estúpidamente una respuesta que fue acallada cuando el castaño utilizo su puño para golpear la puerta recién abierta. Una clara señal para que Alex cerrase la boca de una vez, así lo hizo. Se sentía ridículamente pequeño.

"Te vieron.." aquella frase fue más un gruñido que nada, uno estremecedor y profundo que dio lugar a los pasos pesados del hombrebde barba mientras comenzaba a acercarse a él, automáticamente Quackity dio un paso atrás.

"Q-que?" Lo vieron? Lo vieron hacer que? Literalmente existir es lo único que había hecho ese día, rápidamente repasó su rutina mientras sus ojos desorbitados captaban los ojos furicos de su ajeno, a ver a ver .... cocinó para tubbo, limpio, fue a su puesto como ayudante en la panadería de nikki llevándose a tubbo con el, habló con wilbur y-

O mierda, habló con Wilbur.

Oh no

Oh no, oh no, oh no....

" Y-yo no hice nada.. s-solo...

El aturdimiento calló estrepitosamente su voz con un violento golpe propinado directamente contra su mejilla izquierda, por el pómulo. Su cuerpo se balanceo torpemente llevándolo directo contra el suelo mientras su cerebro trataba de acomodar sus ideas después de tremendo impacto, la habitación del pequeño tubbo de volvió borrosa por un segundo ante sus ojos oscuros, la figura de schaltt encimandose fue lo próximo que se volvió claro cuando las arañas de su cabeza comenzaron a desvanecerse.

"Eres una maldita puta" el sabor de los insultos fue agrio en la lengua del pato, insultos repetitivos, frecuentes pero amargos para su corazón y cerebro. "Creíste que no me daría cuenta?"

Alex trato de incorporarse, sentándose con una mano en la cara y una expresión adolorida donde las lágrimas decoraban sus ojos marchitos, su cara estans roja, su mejilla, de puro milagro no estaba sangrando.

"Y-yo.. yo no hice NADA"

La realización de sus palabras llegó tarde, el valor acumulado en su pecho para gritarle al carnero se fue tan rápido como llegó... sobre todo al sentir la mano grande y fuerte de su marido tomar su cabeza, su cabello para ser más exactos, apretando descuidadamente una mata de cabellos negros los cuales jaloneó llevando a un gemido doloros a su más bajo.

Las manos de Alex se dirigieron a la del ajeno, arañando en desespero, exigiendo verbal y físicamente ser soltado, eso dolía, dolía dolía dolía

Y la discusión solo seguía subiendo de volumen, schaltt gritaba pero Quackity a duras penas podía procesar lo que cada una de sus palabras significaba al ser jaloneado y manipulado como si de un muñeco de trapo se tratase. "Ayuda" pensó, esa frase retumbó entre las paredes de su mente "por favor, ayuda" se repitió internamente, miedo, tenía miedo, no escuchaba bien, no veía bien, apenas podía respirar bien.

Solo un sonido logró romper la bruma en sus orejas emplumadas, un quejido, un silencioso llanto ahogado que había escapado como un gimoteo directo desde el armario.

Tubbo.

Quackity no fue el único que escucho el ruido. Schlatt soltó violentamente la cabeza del pato, lanzándolo con facilidad a alguna esquina de la habitación, su mirada iracunda paseó por las paredes hasta localizar las puertas del armario, y ahí se dirigió su cuerpo. Quackity no estaría tan aterrado de aquello de no ser por qué Schlatt apestaba a alcohol, y si sobrio era un bruto, no le extrañaría que ebrio fuese capaz de poner una mano encima de su propio hijo.

Observo como la puerta era abierta de par en par, y la mano del carnero se introducía entre la ropa hasta un bulto tembloroso que pronto soltó un chillido al sentir como era tomando descuidadamente de uno de sus pequeños brazos delgados. No! Tubbo no, lo que sea menos tubbo, no podía permitir eso, estaba temblando, estaba aterrador adolorido y aturdido observando como los berridos de su hijo se hacían más audibles con firme schaltt ordenada silencio, jaloneando su pequeño cuerpo en el proceso. Y luego ver como este alzaba una mano listo para callar de una el llanto frenético del pequeño.

Ese fue el límite para Quackity.

Ni el sabe de donde salio la voluntad para lanzarse sobre su marido, parecía una pequeña pero rabiosa fiera lista para arrancar un a oreja si así fuese necesario, al menos hasta lograr que el cuerpo del niño fuese soltado.

El resto fue borroso.

Pelea física, gritos, su cabeza siendo duramente estampada contra la mesita de noche, tubbo temblando de miedo, schaltt listo para matarlo en ese mismo momento, y el utilizando la lámpara de la habitación contra la cabeza de su marido.

De un momento ya tenía a tubbo envuelto en cobijas y estaba tomando todo lo que estaba a su alcance para poder correr de ahí, su respiración agitada, el llanto de tubbo, el sonido del cristal de la lámpara en el suelo, Quackity juraba que iba a vómitar en ese mismo instante, huye huye huye, su mente demandaba correr, así lo hizo

Debía hacerlo antes de que Schlatt saliese de la inconsciencia, ese golpe no lo había matado, ni de cerca.

Oh, Quackity desearía que si lo hubiese hecho, así no estaría ahora en la nieve, inconsciente, con su hijo en brazos y listo para esperar su muerte.

Frío frío tanto tanto frío.

"Mami...?" Tubbo atino a decir una vez que una figura demandante se alzó sobre la silueta derrotada de su "madre". Entre la tormenta de nieve y la oscuridad nocturna, tubbo observo como unos ojos rojos flameantes le devolvian la mirada a lo alto para luego pasar a la silueta temblorosa y fatigada de su figura materna.

Tubbo no tuvo miedo de aquellos ojos infernales.