Los pasos lugubres y de energía moribunda se dirigieron por el pasillo de madera vieja en camino a el baño principal en un sonido de rebote que le resulto casi familiar. La energía que se le colaba por la piel era prácticamente errática mientras sus dedos se movían ansiosamente sobre la piel ya irritada de su brazo derecho, rascando una comezón que no existía, casi como si su misma piel fuese el problema de la sobre estimulación de sus sentidos. La cena había resultado en un completo desastre producto de la desconfianza prácticamente paranoide del aviar ante un comentario apenas relevante en lo que debía haber sido una conversación casual. Debía admitir que se había puesto a la defensiva en un movimiento casi injustificable, pero, que mas esperaba?
Llevaba días comiéndose las uñas a altas horas de la noche en una repetición ociosa que solo alimentaba aún más y de peor manera la ansiedad y la paranoia que lo mantenía despierto en un bucle repetitivo de alimentar de terror absoluto hasta la más mínima sospecha de una posible presencia indeseada. Desde que Schlatt había pisado esa casa ya días atrás, había jurado comenzar a ver ocasionalmente su silueta en lo profundo del bosque, siendo esta más cercana cuando technoblade salía a cazar, o estaba totalmente convencido de haber vuelto a presenciar el olor a tabaco y café negro que normalmente impregnaba los trajes de su ex marido cuando volvía estresado de las planeaciones de la presidencia. Incluso aveces, en su cabeza se clavaba la voz lejana tan familiar y tenebrosa de quien le había casi roto la cabeza tantas noches atrás.
Sus alas se envolvieron de manera instintiva cuando finalmente la puerta se cerró tras de él. El olor químico de los productos de limpieza en el amplio baño lo regresaron momentáneamente a la realidad, finalmente deteniendo el ansioso acto de saciar la comezón inexistente que pronto descubrió dejó un ardo prominente sobre la piel bronceada. Por un segundo se quedó ahí, quieto, casi como si el alma le hubiese abandonado el cuerpo y por tanto la posibilidad de ser consciente de su propia existencia. Parpadeó, una, dos veces, la cabeza le zumbaba entre tantas ideas y la pronta realización de su mera presencia en la casa. Se sentía tan real y a la vez tan irreal. Incluso cuando sus dientes filosos se clavaron en su propia lengua en un dolor agudo y a su vez tan... sobrio.
Su pie se movió en un pequeño sonido repiqueteante producto de meras ansias, y sus dedos quietos se clavaron con lentitud en la propia carne qué sujetaban en un abrazo autoinflingido, se sentía al borde del todo pero en el flujo del nada, ni siquiera el sabor metálico qué le comenzó a llenar la boca lo regresó por completo al momento. Se sentía tan frustrado, tan acongojado y débil parado en el medio de un baño frío después de haber abandonado lo que pudo ser una cita dulce, todo fruto de un estado de defensa qué había jurado dejar atrás.
Pero ahí estaba, ni siquiera podía decir que quería llorar pues las lágrimas no se acercaban a liberarse de sus ojos, necias, ansiosas tanto como su dueño. Oh dios, Technoblade debía estar pensando que estaba loco, que era un paranoico iracundo qué no escuchaba razones. Estaba a punto de vomitar todo lo que había comido esa noche.
Siseó apenas cuando el filo marfil abandonó su blanda y herida lengua, sintiendo como si su saliba se hubiese vuelto espesa de manera desagradable en su boca seca, apretando los dientes inmediatamente y resistiendo la incomoda presión qué se paseó en su mandíbula, sintiendo como el aire parecía atascarse momentaneamente en su pecho. Se sentía profundamente patético.
Que le pasaba? Juraba que veía la sombra de cuernos amenazantes a donde mirase, por las ventanas, en los armarios, bajo las camas, en las esquinas, se estaba volviendo loco tal vez, tal vez las consecuencias de tantos golpes en la cabeza finalmente hacían mella en un estado deplorable donde las manos le temblaban hasta por quedarse en silencio más de un par de minutos.
Respiró, más a tropezones que realmente tomando aire mientras su cerebro se volvía ruidoso, por más que inhalase; el oxígeno no le llegaba a la cabeza, era casi doloroso, casi crudo, casi....
Un ruido.
¿Que fue eso?
Un pequeño crujido lejano se había instalado repentinamente en las orejas emplumadas del aviar, interrumpiendo casualmente el panico qué lo estaba ahogando, se sintió como ser empapado de agua helada después de sufrir un calor insoportable, y se sentio como si hubieran prendido luces brillantes en sus ojos después de estar barado en la carretera. Su vista, subió rápido a la habitación a su alrededor... silencio. Todo estaba tan silencioso que por un momento dudó realmente haber escuchado algo. Nada en los alrededores de madera, en los productos de limpieza en la pequeña ventaba sobre el lavamanos.... nada por un segundo. Y una pequeña luz de la nada.
Jadeó, en una realización erratica, prácticamente arrastrándose a alcanzar el panel de cristal con intención de ver al otro lado. Había luz afuera, tal vez de una antorcha cercana, alguien debía estar merodeando en la zona y eso no era nada bueno. Subió a el lavabo (esperando no romper la porcelana) y asomó apenas la mirada por el cristal opaco, "no es nada" se dijo. No debía ser algo importante, tal vez solo una liciernaga (con demasiada luz) o un alien bajando del cielo. Cualquier cosa era mejor que la verdadera respuesta.
Quackity supo que no era una alucinación cuando cuernos aterradores se reflejaron en sombras confusas apoyadas por la luz danzante de una antorcha. El aliento se le atascó en la parte más primitiva de los pulmones y la sangre le calentó las orejas cuando reconoció la silueta casi de inmediato. Supo pronto que jamás había estado seguro. Que jamás habría tenido que bajar la guardia qué era inútil pensar que estaría a salvo alguna vez. Lo que alguna vez fue una marca en el cuello ardió intensamente sacandole un chillido imperceptible y mojándole las mejillas de lagrimas retenidas ahora libres y espesas.
Parpadeó, una, dos veces esperando que la visión se desvaneciera, incluso tras el cristal disfuso, los ojos intensos y rojos como las llamas del infierno eran reales como su propia piel. Lo observó mirarlo, lo vio sonreír, y luego vio como su mano se alzaba apenas haciendo una pequeña y burlesca seña con un dedo.... "ven" decía la seña, un movimiento sutil que había visto mil veces.
Schlatt lo había encontrado, tal vez ni siquiera lo había perdido de vista alguna vez, su ex esposo estaba ahí, furioso, sonriente y dispuesto a destruir todo lo que amaba si no se presentaba a sus pies.
Quackity tenía todo que perder ante el aterrador hombre parado bajo la oscuridad y la sobre la nieve blanca.
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- Abejas en la nieve - <Quacknoblade>
Fiksi PenggemarQuackity x Technoblade.... (dejos de Schlatt x Quackity) Quackity había aguantado golpes, insultos y humillación por años, Schlatt siempre había sido violento, Alex lo aguantaba por amor... y claro, por miedo. Pero cuando este intenta agredir al p...