CAPÍTULO 19

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— ¿Qué es lo que te llevó a renunciar? Magalí, sabes muy bien que estamos en confianza, puedes hablar, aunque hemos estado meses separadas, veo en ti una gran amiga, sé que tú también me consideras una, sólo confía... — ella me mira dubitativa, pero unos segundos después resopla y comienza a hablar

— Ya sabe que antes de usted haberse casado, ya el trato hacia los empleados en esa casa era horroroso, pero después de su partida, la cosa fue a peor, empezaron por gritos, después vinieron las humillaciones... y por último la señora Naziha nos llegó a golpear a más de una, pues a los hombres no se atrevía ya a tanto... según ella, porque no hacíamos las cosas como ella lo ordenaba, y a partir de ahí, muchos de nosotros decidimos retirarnos, ya lo que nos faltaba era nuestra dignidad y era algo que no estamos dispuestos a perder, señora... discúlpeme, pero ojalá y se pudran ambos ahí solos — no pude evitar reír ante esto último, a ella se le suben los colores a la cara debido a la vergüenza — siento tanta pena por las señoritas Amira y Rania...

— ¿Qué les pasa a mis hermanas? — la sonrisa se borró de golpe de mi rostro mostrando la preocupación

— Ni mucho menos nada, gracias a Dios — se santiguó — al menos por ahora, lo bueno de todo es que las tratan como reinas — eso es un golpe bajo para mí, sin embargo, no pierdo la compostura y me mantengo aún firme esperando a que termine, ella se da cuenta de ello — disculpe por esto último señora, yo...

— No te preocupes Magalí, sólo... termina por favor — ella agacha la cabeza aún avergonzada

— No es nada, aunque como le he comentado, las tratan como reinas, pero hay veces que el señor Amir no controla su mano y termina golpeando a la señorita Amira, por salir en defensa de usted — la ira que siento en este momento no es normal

— No entiendo... ¿En la mía? ¿Por qué? — pregunto extrañada

— Sí, porque aunque usted se haya ido, mantienen su presencia a diario ahí, yo... no sé si deba decir esto — me mira triste

— No hay nada que me afecte — miento — sólo habla, por favor

— Se encargaban cada día de denigrar su persona y vuelva a disculparme, pero no entiendo cómo es que tienen tan poco corazón, pues es su hija de la que hablan y la tratan como su peor enemiga — mis ojos se cristalizan ante lo dicho y ella lo nota — ¡Ay no! No llore por favor, no volveremos a hablar del tema... no sé ni por qué la hago caso, mejor cuénteme, que tal van esos pequeñajos, me enteré que serán mellizos, ¿no? — sonríe

— Sii, aunque hay algunas cosas que están mal, pero siempre dando gracias a Dios por todo, y para marzo o abril los tendremos con nosotros — alego con una sonrisa mientras acaricio mi vientre al sentir pataditas — acerca tu mano — hace caso a mi pedido y la cara se le llena por la sorpresa y el asombro

— ¡Esto es fascinante! Nunca pude experimentar esto con mi hermana debido a la lejanía... esto sí es magia — sonríe mientras pasea su mano por mi vientre

— Pero volviendo a lo importante, tengo una duda que necesito resolver, dime por favor que alguno de vosotros los denunció — prácticamente le supliqué

— No... no pudimos hacer señora, nos amenazaron con desahuciar a cada uno de nosotros de nuestros hogares, e incluso a muchos de nosotros exportarnos de nuevo a nuestro país en caso de que lo hagamos — agacha la mirada triste, pero la sujeto por la barbilla para que me mire directamente a los ojos y escuche atentamente lo que diré.

Magalí es una chica veinteañera con doble nacionalidad, su padre era francés, en un viaje que hizo a Colombia para pasar las vacaciones junto a su familia, la conoció a ella, a la mujer de su vida... quedó prendado de ella desde ella desde el primer minuto en el que la vió, pasaron todas sus vacaciones juntos, pero a la hora de la despedida, él prometió volver a ella, y así lo hizo, consiguió un ascenso en la empresa en la que trabajaba y pidió que lo trasladasen a la compañía que afortunadamente tenían en Colombia, al principio se lo negaron, pero tras mucho esfuerzo, lo consiguió.

Una víctima másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora