ᴸᵃᵐᵉⁿᵗᵒ ˢᵉʳ ᵗᵘ ᶜᵃᵘˢᵃ ❛ ᴾⁱᶜᵃⁿᵈʳᵃ ❜

¿Dónde Está El Penilian?

Cassandra lentamente volvía a despertar , realmente no quiere hacerlo, se siente tan cómoda, el suave y profundo colchón la mantiene pegada a sí mismo, como si de verdad la existencia del mueble dependiera de ella y su calidez. Cassandra lucha contra el impulso de levantarse, una parte de la pelirroja está inquieta advirtiendo sobre el peligro, pero al mismo tiempo, no puede recordar cuál es ese "riesgo" que la amenaza casi de muerte.

"Pff... Como si me importara... ~"

Se acurrucó y abrazó alguna almohada para proceder con su descanso. Dicha "almohada" se movió de igual forma, lo cual la terminó por confundir, así abriendo los ojos por mera curiosidad y percatándose de la presencia de Pico como el tan dichoso cojín gigante.

-¡...! - Recordó todo lo que habían hecho anoche junto a las intenciones que el mercenario sostenía con ella. Con notable nerviosismo, se dispone a retirar sus brazos de aquel hombre lentamente para disimular lo ocurrido e irse lo antes posible.

"Mierda, mierda , mierda" Repitió en su cabeza.

Se escuchó un quejido por parte de Pico, Keoki se detuvo en seco después de escucharlo, antes de darse cuenta su cuerpo temblaba por completo. Reaccionó rápido y reacomodo su brazo para aparentar que se mantenía lastimada. El señor Fulp despertó tras tanto movimiento y la observó aferrada con uno de sus brazos a su espalda con un claro sonrojo el cual intentaba ocultar.

-...-

-H~Hola... - Saludo Cassandra en un intento por aparentar todo lo sucedido.

-Buenos días... - Sin darle mucha importancia, el pelinaranja se levantó de la cama y se dirige directamente al baño.

Keoki abofeteó su propia cara con tal de reaccionar.

-¿¡Vas a quedarte aquí!? - Exclamó Pico desde el baño.

-Bueno... ¿¡No!? ¡Eso creo!- Ella tomó asiento en el mueble y se dispuso a recomponerse.

-Oh...- Pico sacó el cepillo de su boca. - En ese caso ¿No te gustaría salir otro día? De verdad fue divertido verte intentar competir conmigo. - Declaró con cierta superioridad.

"Señorita Luzbel, ¿Usted sería capaz de seguir con tal mentira?" Dijo.

No lo sabe, no quiere seguir sintiéndose mal por todo lo que hizo, el simple hecho de ver a Pico la inquieta, no puede dejar de pensar en todo lo que pudo haber causado, ver los medicamentos, su obsesión con las artes marciales y las armas...

-Y~yo... Si... Puede que otro día si... Es raro...

-¿A qué te refieres?

-Bueno, por caer de un puente terminé aquí...

-Jeje... Creo que estoy acostumbrado a ese tipo de cosas raras.- Terminó sus cuestiones en el baño y se dirigió a Cassandra. - ¿Segura que no quieres quedarte a comer? - Ofreció, en un intento por mantenerla ahí.

-Oh no, ya hiciste mucho por mi. - Ella sonríe cálidamente a pesar de tener prisa por irse, de verdad piensa eso, Prico aún conserva esa amabilidad que sostenía con sus amigos.

-Ay, por favor ¿Tienes algo más importante que hacer? Por ejemplo... ¿Romperte el otro brazo?

Risas casi imperceptibles pasaron por los oídos de Pico, dándole vía libre para continuar insistente.

-Además, apuesto a que no puedes ni levantarte por todo lo que pasó anoche, ¡Casi pierdes contra mi! - Cassandra había pensado que él no recordaría absolutamente nada de lo acontecido, pero parece que no mentía sobre su resistencia al alcohol.