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Conocí a Eddie Munson unos meses antes de salir de la preparatoria, después de romper con Nancy no había absolutamente nada que me generara felicidad alguna.

Bueno, quizás Dustin, definitivamente el niño tenía algo especial para alegrar mi aburrida vida. Pero fuera de cualquier otra cosa, nadie más.

Pero entonces llegó él, Eddie; un extrovertido al que no le importaba lo que la gente dijera sobre él, definitivamente el mejor complemento para mí, un extrovertido al que por muchos años le importó lo que la gente decía u opinaba.

Después de algunos meses de coqueteo para nada discreto por parte de Munson, comenzamos una pequeña relación secreta, algo íntimo entre ambos, algo que solamente conocían mi mejor amiga, Robin, y el pequeño Dust.

Eddie adoraba a Dustin tanto como yo, compartían todo el tiempo jugando D&D, salíamos con él y de vez en cuando le comprabamos cosas; éramos, como siempre solía bromear el rizado, como una pequeña familia... Una linda familia.

Quizás el destino estaba preparándonos para el futuro...

Enero, 1985.

- ¿Puedo preguntar cuándo será el día que dejemos de escondernos?

- ¿Vas a empezar de nuevo con lo mismo?

-No, no estoy "empezando" nada, simplemente estoy comenzando a cansarme un poco de esto, venir a verte a este lugar- respondió mirando con mala cara alrededor. -Además, es frío y siempre huele a estúpida crema batida.

-Es el único lugar en el establecimiento que no tiene cámaras, y además la crema batida es rica- mencioné haciendo que Eddie me mirara y sonriera. -Al menos logré ponerte de buen humor- tomé el cuello de su camisa para atraerlo hacia mí y de nueva cuenta besarnos.

Su mano juguetona recorrió toda mi espalda hasta llegar a mi trasero, donde por la parte baja del short de mi uniforme, metió su mano.

-Hey, quieto Munson- dije separándome de él quien solamente sonrió.

-Me estás pidiendo algo simplemente imposible.

-Pues tienes que controlarte porque en este momento estoy trabajando.

-Se supone, porque yo no te veo detrás de ese mostrador al lado de Robin, sino aquí, conmigo- dijo cerca de mis labios antes de comenzar a besarlos y tomarme de la cintura para poco a poco comenzar a apretarla con la mano en la que siempre llevaba sus anillos.

Era algo así como su marca.

Amaba cuando me apretaba la cintura con esa mano. Y Eddie lo sabía.

-No- gimoteé separándome de él. -Detente Munson, sabes que lo amo.

-Precisamente por eso- una de sus manos se escabullo hasta el elástico del short y me tensé. -Seremos rápidos, te lo prometo.

-Eddie, si Robin entra...

-Descuida, no lo hará- guiñó el ojo y yo fruncí el ceño.

-Eres un maldito ¿Se pusieron de acuerdo?

-Podría ser.

-Eddie por dios, ¿Qué le dijiste a Robin?

-No te preocupes por eso, sólo dije que quería pasar un poco de tiempo con mi persona especial, quizás ella dedujo el resto- se acercó de nueva cuenta a besarme para tomar uno de mis muslos y subirlo hacia su cadera, apretándolo.

Y bueno, podíamos deducir que no todo sería color de rosa, especialmente por el secreto en mi interior del que le había hablado alguna vez a Eddie.

Y del que nadie más aparte de mis padres, Robin y él sabían.

ᴍᴀʀʏ ||ꜱᴛᴇᴅᴅɪᴇ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora