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—Pues, por todo lo que me han contado y lo que has observado en Mary después de su hora de comida, esta bebita probablemente sea intolerantes a la lactosa- envolví a Mary en su manta para cargarla y ambos nos miramos.

— ¿Y eso significa?- preguntó Eddie mirando al pediatra.

—Significa que tendrán que cambiar la leche que está tomando por una apta para ella- tomó una pequeña notita de su escritorio y la pluma en su bata para comenzar a escribir sobre esta. —Les recomendaría que probaran con esta, pero si los síntomas en ella persisten entonces tendremos que seguir buscando la adecuada hasta que por fin su sistema la acepte- terminó de escribir para extender el papel y Eddie lo tomó.

Similac total confort- leyó el papel y asintió. —Y esto...- señaló los números bajo el escrito y el pediatra suspiró.

—Es el precio.

— ¿29 dólares?

—El bote de 820 gramos.

— ¿Ni siquiera es un kilo?- preguntó inconscientemente en un grito.

—Eddie...- susurré y me miró.

—Puede conseguirla en la farmacia y sugeriría que fuera lo antes posible para que Mary se alimente correctamente, no sería bueno que sufriera un cuadro de desnutrición, es muy pequeña para algo así.

—De acuerdo, lo compraremos en cuanto salgamos de aquí, gracias- respondí amablemente para los 3 retirarnos del consultorio.

— ¿Por qué hiciste eso?- pregunté con molestia mientras subíamos al auto.

— ¿Qué cosa?

—Eso, gritar.

— ¡Sólo estaba externando mi sentir!

—Sí, pero no enfrente del pediatra- regañé y ambos nos quedamos unos minutos en silencio hasta que Eddie habló de nuevo.

—Primero pañales especiales las primeras semanas porque los de recién nacido eran muy grandes, después fórmula porque Steve evidentemente no puede amamantar... Y ahora esto- negó con la cabeza mientras miraba el camino. —Siempre supe que Mary sería costosa, pero es que jamás creí que tanto... Intolerante a la lactosa, vaya mierda- agregó soltando un suspiro y apretando un poco los ojos.

—Es parecida a tí en todo...- murmuré intentando suavizar el asunto pero no funcionó de mucho.

Fuimos a la farmacia más cercana para comprar la fórmula y Eddie nos llevó a casa para que él pudiera ir a la escuela.

—Llámame más tarde al trabajo para que me digas si funcionó o tendremos que gastar otros 29 en una nueva fórmula- rodé los ojos ante su queja y asentí. —Los amo, adiós- sin decir nada más, dió marcha al vehículo y se alejó.

—Ah... Tu padre es complicado, pero descuida, puedo contenerlo- murmuré a Mary y ambos entramos a casa.

Coloqué las cosas sobre la mesa y dejé a Mary sobre su cuna para preparar un biberón.

En cuanto terminé, me dirigí de nueva cuenta con ella para alimentarla.

—Espero que esto funcione, eres la cosa más costosa que tendré en toda mi vida... Sin embargo también serás la más preciosa- musité mientras Mary succionaba el chupón.

Miré el reloj en mi muñeca, dándome cuenta que eran las 10:00 am.

—Al menos tu padre llegará a sus clases- quité la vista del reloj para de nuevo ponerla en Mary. —Nunca imaginé que esto iba a ser tan difícil- susurré y Mary soltó un pequeño quejido mientras me miraba, logrando provocar una sonrisa en mí. —Pero lo amo, amo mucho esta nueva etapa de mi vida- besé con cuidado su frente, inhalando un poco su aroma de bebé que tanto amaba. —Te amo mi pequeña pulguita.

ᴍᴀʀʏ ||ꜱᴛᴇᴅᴅɪᴇ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora