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Julio, 1985.

6 meses.

Me dejé caer por completo en la tabla para pasar una mano por mi frente sudorosa y echar un poco de aire.

—Jesucristo- suspiré. —Estúpido verano de mierda.

—Oye ¿Vas a tardar mucho con eso?- fruncí un poco el ceño al escuchar esa voz.

Esa estúpida e irritable voz de mierda.

Salí debajo del auto para verlo.

—Oh mierda, ¿Estoy soñando o eres tú, Munson?

—Ah, Billy...

—No sabía que te gustaban los autos- me puse de pie y limpié mis manos con aquel pañuelo que colgaba en mi bolsillo.

—En realidad... No es lo mío.

—Qué extraño, jamás me imaginé ver al freak de Eddie Munson hacer algo de provecho con su vida que no fuera vivir en su patético mundo de fantasía. Maduraste- apreté un poco los ojos y asentí.

—Sí Hargrove, lo hice- jugueteó un poco con el palillo que sostenía en la boca mientras sonreía.

En su rostro se notaba que estaba realmente disfrutando esta humillación.

— ¿Has visto a Harrington después de la graduación?- preguntó de pronto y yo inconscientemente fruncí el ceño.

— ¿Harrington?

-Alto, castaño, enorme cabello... Un lindo trasero- apreté un poco mis puños al oír eso y él sonrió.

—Yo... Sé quién es, más bien me refería a que no, no lo he visto, pero... ¿Por qué preguntas?

—Curiosidad, siempre los veía demasiado juntos en la escuela, y ahora me parece raro que no sepas nada de él.

—La gente deja de hablar, eso es todo- respondí tratando de sonar sin importancia y me encogí de hombros.

—Lo he visto un par de veces en ese lugar en el que trabaja, definitivamente su trasero es aún más grande y se ve diferente...

—Escucha- mascullé y carraspeé un poco para intentar tranquilizarme. —Amigo, no sé exactamente qué quieres o pretendes, pero te pido que me dejes continuar con mi trabajo.

—No me hables como si tú y yo fuéramos iguales, idiota- definitivamente ese imbécil estaba enfadándome a cantidades incalculables.

—Oh, tienes razón Hargrove, tú y yo definitivamente no somos iguales. Tú eres un imbécil molesto y miserable, y yo sólo soy una simple persona que hace su maldito trabajo para mantener a su familia- el chico frente a mí rió con burla y yo apreté los ojos y golpeé mi frente al ser consciente de lo que había dicho.

—Entonces los rumores son ciertos...

— ¿Q-qué rumores?

—Que embarazaste a alguien y por eso trabajas aquí- dijo y rió. —Vaya que se necesita ser un verdadero idiota para arruinarse la vida de esa manera y siendo tan joven ¿No fuiste capaz de usar un maldito condón?

—Eso no te importa- mascullé con rabia y él negó mientras sacaba su cartera y de esta sacaba un empaque.

—Ten, te servirá en un futuro si no quieres seguir trayendo raritos como tú al mundo.

Cruzó el maldito límite, porque una cosa era meterse conmigo... Y otra muy diferente era hacerlo con Steve o con mi bebé.

Sin pensarlo dos veces golpeé su rostro, logrando hacer sangrar su nariz y él solamente rió, en cuanto intentó a abalanzarse a mí, el señor Mason apareció.

ᴍᴀʀʏ ||ꜱᴛᴇᴅᴅɪᴇ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora