Prohibido.
Elaine
"Mi olfato percibe el aroma a pan dulce, café y viento otoñal. Al abrir los ojos me encuentro con Versalles, caminando entre una gran hectárea de tulipanes. Hay de todos los colores y el aroma de las mismas me embriaga.
Extiendo los brazos y corro mientras los tulipanes me acarician la piel. Un ruido provoca que alce la mirada. Veo dos avionetas volar hacia el atardecer, es entonces cuando mi pecho recibe un impacto indescriptible.
Mi corazón late rápido y me ínsita a correr en dirección del vuelo de las avionetas. Lloro de alegría, porque un sentimiento me confiesa que por fin encontré el rumbo a casa."
Mi mente deambula entre la realidad y el subconsciente. Siento el aroma a tulipán en la nariz, y a su vez hago caricias sobre un abdomen desnudo y ejercitado. Despierto encontrándome con la luz del alba y a él.
Aleksanteri duerme envuelto con las sábanas de la cintura para abajo. Me recuesto de lado y lo observo detenidamente. Está prohibido enamorarse del enemigo. Sin embargo, todavía no comprendo cómo un rostro tan atrayente puede ser la cara de la misma Bestia.
Su pecho sube y baja lento, tiene la respiración calmada. Ese simple acto es mermado por mi imaginación, atraigo los recuerdos de aquellos días en los que solía dormir sobre el pecho de Kayden. O cuando los fornidos brazos de Zaid me mantenían protegida de las pesadillas.
—¿Ya despierta? —acaricia mi mentón.
—Muy buenos días —aprendo a pronunciar en eslovaco—. ¿Cómo moriste? Espero que podamos pasar tiempo lejos.
Aleksanteri suelta una carcajada.
—Acabas de preguntarme cómo morí y que deseas pasar tiempo lejos de mí —me dice en francés—. ¿Eso deseas?
—¡Disculpa! —cubro mi cara, el rubor calienta mis mejillas—. No era mi intención decir eso.
Vuelve a reírse.
Acuesta mi espalda y se sube encima, al tiempo que reparte besos por mi cuello.
—Contigo vivo en un sueño —confiesa, con su cara hundida en mi cuello y hombro. Tiene las manos apoyadas en mi cadera mientras se ubica encima incitando un nuevo polvo.
—De todas los sueños... Yo soy el único que preferirás —le digo, mirándolo a los ojos—. Seré su amanecer, también su día y noche.
Las pupilas se le dilatan al mirarme.
Permanecemos un momento abrazados en su cama. Anoche Vasek pidió que me preparara para visitar los aposentos del Dux, y aquí estoy. En la misma habitación que comparto con mi raptor. Aprendo a lidiar con el asco y el repudio conmigo misma. Pero no tenía más opciones, si aquella noche me disparaba, haría que mis cercanos lo perdieran todo.
No lo permitiré, si sobreviví al infierno una vez, puedo con esto y más.
—¿Desayunamos en el jardín? —le pregunto melosa—. Me gustaría salir. El paseo por la ciudad fue entretenido, pero quería verte.
—Pediste un paseo, no diste detalles —dice, con cierta lejanía.
Me subo encima y acomodo la entrepierna justo en su regazo, quiero que sienta mi sexo frotándose contra el suyo. Juego con mi cabello mientras mantengo sonrisas coquetas, la mirada dulce y la faceta melosa. Una combinación justa entre lo tierno y la pasión.
—Te daré detalles, pero prométeme un paseo nocturno —le susurro—. Junto a ti.
No habla, está muy ocupado en mirarme los senos. Su respiración se vuelve pesada y siento su necesidad de mirarme... Estas miradas son a las que temo. En el fondo, me atrae demasiado esa llama de deseo prohibido, el fuego detrás de esos afilados ojos grises.
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APARIENCIAS AVIESAS©
RomanceLIBRO II ~El Juego de las Apariencias; ambiciones y supremacías. Esas son las cartas sobre la mesa y cualquier jugada será letal. Elaine LaVey, agraviada por el sádico raptor proclamado como Dux, deberá asumir riesgos y prevalecer en furor, con tal...