☥ ‣ CAPÍTULO 26

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KRÁL'OVNÁ

Elaine

Febrero 11, 2024. Venencia, Italia

Durante febrero, las calles de Venecia se llenan de disfraces inspirados en los trajes del siglo XVII veneciano. Las festividades dotan a la ciudad de una estética al más puro estilo Canaletto. Máscaras, plumas, colores y arlequines. El Carnaval de Las Máscaras se ha convertido es una las fiestas más importantes.

La explosión de colores y decoraciones embellecen las calles. La ciudad se congela en el tiempo para volver al exotismo del siglo XVII. Disfruto de un paseo matutino mientras soy escoltada por Nathan y Vasek. He pasado los últimos días con una casi libertad.

Algunos comerciantes locales me comentan la historia del carnaval, que se remonta al siglo XII. Se dice que el gobierno planeaba estas festividades más allá de la convivencia entre la alta y la baja sociedad. El objetivo era conceder al pueblo la oportunidad de ser libres por unos días y así hacerles creer que el control del gobierno no era tal.

Un control férreo se colaba en el carnaval para mezclarse con el pueblo y conocer lo que pensaban del gobierno. Nada era al azar.

―Dama ―habla Vasek―, debemos volver.

―Está bien ―no discuto, sé que mañana pondré regresar a la ciudad.

Pasamos a las personas que se aglomeran en las calles comerciales. Cada tienda de ropa anticuada, disfraces o máscaras está repleta de gente. Vasek y Nathan se abren paso entre ellos y me sacan del gentío. El auto aguarda cerca de la plaza, más escoltas esperan ahí. Subo al auto y soy trasladada hasta la residencia del Dux.

Una casona de tres pisos, de diseño victoriano y ubicada en el Palazzo Corner Contarini dei Cavalli. Está frente a una extenso canal y disfruta de la increíble vista panorámica. El auto se estaciona a unas cuadras, me bajo y camino escoltada hasta la residencia.

Tres sirvientas jóvenes y de nacionalidad italiana, aguardan en la entrada. Vasek y Nathan son llamados por Balaam mientras salgo al balcón del primer piso y lo veo ahí.

―Dux ―hago la reverencia.

―¿Cómo estuvo el paseo? ―se mantiene viendo el canal desde la baranda.

―Estuvo magnífico ―le comento―. Aunque sería mucho mejor si me acompañarás a dar unas vueltas. Extraño pasar tiempo contigo.

―He estado ocupado ―luce distante―. No toda la Tríada está de acuerdo con el matrimonio y me ocupé de aquellos inoportunos.

―¿Qué les hiciste?

―Los maté ―me mira.

Desvío la mirada hacia el canal, pronto llegará el atardecer y el clima comienza a ponerse ventoso. Aleksanteri palmea mi mano y se suelta de mis brazos para entrar a la casa.

Últimamente ha estado distanciado, además luce pensativo y arisco. Desde que llegamos a Venencia no hemos tenido coito, pero aun así, le pido a Nathan darme las tabletas de píldoras anticonceptivas. No puedo arriesgarme a parirle hijos, no en estos momentos.

La decisión del matrimonio puso en balanza el pasado y el futuro. Ahora no puedo dar marcha atrás, porque ser parte de la Tríada es un paso para destruir a ese sádico de mierda.

Contengo el llanto que me causa su maldita indiferencia. Es enfermizo, en el fondo lo sé.

Cada vez que recuerdo la ceremonia de los "Invictus", un dolor presiona mi pecho. Clavos se adhieren a mis manos y camino en piedras al rojo vivo, dirigiéndome directo al infierno.

APARIENCIAS AVIESAS©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora