Luego de un tiempo Harris decidió volver al castillo junto a su dragón, se despidió de los elfos y las hadas antes de desaparecer entre las nubes.
Al llegar al Castillo, encontró a todos los soldados y la guardia real en los jardines principales. Su padre habia llegado y no estaba solo, junto a él un carruaje de oro con diamantes decorado por todas partes. No era de extrañar aquello ya que a su padre le gustaba mucho mostrar su riqueza y poder.
Harris y su dragón volaron a la parte trasera del Castillo para evitar ser notado, entró rápidamente por un pasillo secreto que tenían preparado para casos de emergencia.
Al llegar su habitación se vistió rápidamente con un traje verde con brillos, se sentía nervioso y no dejaba de preguntarse si su padre había notado su ausencia. Salió a los pocos segundos dirigiéndose a la puerta principal y allí descubrió que no solo el Rey había llegado sino también el rey Danelim de Rimos junto a dos jóvenes.
Mientras el príncipe los observó se acercó a su padre para saludarlo y notó que uno de los jóvenes era bastante alto, ojos marrones y algunos rasgos árabes como una barbilla pronunciada. El otro en cambio era más pequeño pero mantuvo un rostro inexpresivo cuando cruzaron miradas.-Bienvenidos a Martinus- dijo el Rey- es un gusto tenerlos aquí, les presento a mi hijo, el príncipe Harris.
-Bienvenidos, es un gusto recibirlos- dijo Harris con una voz suave demostrando tranquilidad mientras estrechó mano con el otro Rey.
-El gusto es mio- contestó Danelim, luego lentamente giró para mirar a uno de los jóvenes que venían con él- te presento a mi hijo Zayenim y su novio Lianem- agregó sonriendo.
Harris los saludo con cortesía, evitó sentir incomodidad con saber que ambos jóvenes eran pareja, algo inusual y obviamente prohibido en el reino de su padre.
¿Cómo el rey Martines, los invito a su reino, al lugar más homofóbico que existía en este mundo?
¿El rey de verdad sabía de esto?
Harris se mordió la lengua para no comentar nada del asunto y mucho menos preguntarle a su padre sobre aquel amorío. Sin darle más vuelta al asunto, propuso invitar a los jóvenes a recorrer los cielos en sus dragones y así darles la oportunidad de conocer el reino.
Ellos accedieron mientras que los dos Reyes conversaría para llegar a acuerdos de negocios. Aquello lo sabía Harris, el Rey Danelim estaba aquí seguramente para firmar los tratados que dictarán la orden de llevarse la mitad de los elfos y las hadas que vivían en el Reino Martinus a cambio su padre obtendría la misma cantidad de brujas y demonios.
-Zayenim, Lianem ¿Cómo se llaman vuestros dragones?- preguntó mientras se arreglaba el cabello.
-El mío se llama Calicis y el de Lianem Amicis- dijo el príncipe mientras sonreía y tomaba la mano de su pareja.
La mirada con la que ambos se observaron por unos segundos basto para que el príncipe Harris asumiera aquella relación de amor entre los dos hombres. No lo inquieto, ni se sintió incómodo, contrario a eso el sentimiento de curiosidad entró en él.
-No quiero ofenderlos, pero...- dijo un poco dudoso. Los dos jóvenes enseguida fijaron sus ojos en él- ustedes son pareja ¿Eso... Eso es legal en Rimos?
El príncipe soltó una leve risita mientras observaba a Harris y así sin más, se giró hacia Lianem y le estrechó un beso fugaz.
-Es completamente...- dijo y volvió a besarle- normal para nosotros- continuo volteando a mirar a Harris- comprendo que aquí aquello no, pero en mi tierra hasta el matrimonio entre ambos sexo es aceptado.
-¿De verdad?- preguntó Harris curioso.
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MARTINUS
FantasyEn un mundo donde las criaturas mágicas como los elfos, las brujas y demonios habitan junto a los humanos, la vida no es nada fácil para las personas normales. Pero aquello empeoró aún más cuando el Rey Martines prohibió cualquier acto que insultar...