Harris junto a Lianem y Zayenim , caminaron por el bosque, mientras conversaban sobre el tema de la bruja y de los tatuajes. El príncipe aún no se sentía cómodo con los dos invitados pero prefirió sacar provecho y conocer un poco de su historia.
Cuando la luna estuvo sobre sus cabezas, los dos jóvenes volvieron a jurarle mantener su palabra de no contarle al Rey Martines luego de aquello montaron sus dragones para volver al Castillo.
-¿Estás seguro que no quieres volver con nosotros?- preguntó Lianem
-Me quedaré un tiempo más, no se preocupen volveré pronto- dijo sonriendo mientras miraba la luna.
El azote de las alas de los dragones elevo una ráfaga de viento que hizo volar su pelo y su ropa, pero él no volteó a mirar marchar a sus invitados, se mantuvo calmado mientras observó el bosque. Se adentraría un poco más para visitar a los elfos y hadas, aquello sin duda le traería un poco de tranquilidad y calmaría su anciedad de ser pillado con su tatuaje.
Al poco tiempo, mientras disfrutaba los momentos con las criaturas mágicas, llevó sus ojos hacia el lago y noto una figura en él, reflejada gracias a la luz de la luna llena.
Pudo destingir que era un chico ,el chico estaba de espaldas en medio del lago con algo que daba luz en su mano, era una vela.
Harris se preguntó ¿Qué hacía allí en esas horas y enmedio del lago?
Mientras obserbaba cuatro personas más se unieron al lago, entrando lentamente con una velas en sus manos, parecía un ritual extraño que Harris no conocía
Su atención quedó completamente hacia el chico, tenía curiosidad de saber quién a estas horas de la noche podía tener el valor de sumergirse en las frías aguas del lago, no esperaba que más gente se le uniera.
Lentamente se puso de pie y caminó hacia la orilla mientras se escondía entre unos arbustos y troncos de árboles. Quería saber quiénes eran pero tampoco deseaba que ellos notara su presencia, eso solo le hizo recordar las palabras de la bruja, él podía tener el poder de desparecer entre otras cosas pero ¿Cómo podía hacer eso posible? Jamás había practicado ni se había detenido a pensar en aquellas palabras.
Recordandolo una y otra vez, miró nuevamente el lago para luego volver a ocultarse.
Las velas tenían un olor fuerte, no eran como las velas que estaba acostumbrado el joven príncipe. La vela de alta calidad que estaban en el castillo eran echas de cera de abeja y se producía solo una vez al año, en cambio las velas de los plebeyos eran hechas a base de una melcocha sacada de la manteca del cerdo, olía fuerte y tenían mucho más hollín que las de otras.
Lo próximo que ocurrió fue algo extraño para el, una clavada aguda le tocó el corazón, se agachó unos segundos antes de preguntarse si lo que había estado buscando estaba allí. La probabilidad de encontrar a su alma gemela en todo el Reino, en todo los mundos era minúsculo, una pequeña esperanza que creía que podía tardar meses o incluso años hasta encontrar a su alma destinada, pero estaba allí oculto y espiando a un grupo de personas haciendo cosas extrañas mientras pensaba en el amor que le tenía el destino.
Se miró unos momentos las manos y estás de forma lenta comenzaron a brillar tan sutilmemte que solo él puso apreciar. Como una escarcha que se iba difuminando por el aire comenzó a desaparecer, manos, brazos, pies, cada parte de su cuerpo se oculto a la vista de todo espectador que pudiera estar allí.
Se sentía agitado, tanto que su corazón golpeaba fuertemente su pecho, sus manos temblaban pero no entendía porque estaba sintiéndose de esa forma. Trató de calmarse unos segundos pero no lo logró, sin duda alguna algo importante estaba por pasar.
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MARTINUS
FantasíaEn un mundo donde las criaturas mágicas como los elfos, las brujas y demonios habitan junto a los humanos, la vida no es nada fácil para las personas normales. Pero aquello empeoró aún más cuando el Rey Martines prohibió cualquier acto que insultar...