En el castillo de la reina Armendoris, la reina estaba muy preucupada por Harris y por la tardanza de Louis.
El joven príncipe yacía en la cama, con los ojos vendados y sumido en un profundo sueño. La reina Armendoris estaba sentada a su lado, sosteniendo su mano mientras le hablaba con voz dulce y calmante.
–Harris, hijo, ¿me escuchas? –dijo ella.
–Lo-Louis......Lou–dijo Harris con dificultad, su voz a penas salía.
–Harris puede que me estés escuchando. Sé qué necesitas a tu pareja, pero Louis volverá pronto lo prometo, se que así será –dijo la reina Armendoris.
Pero Harris no parecía escucharla, su mente rondaba por muchos lugares fuera de la realidad. Muchas veces murmuraba cosas sin sentido y otras veces se podía escuchar y comprender el nombre de su pareja. Mencionandolo una y otra vez, como si lo estuviera llamando, como si aquel hombre tampoco estaba allí donde su mente se encontraba.
La reina se preocupó aún más al ver que Harris tenía mucha fiebre y que parecía cada vez más débil. De repente, notó que Harris se movía inquieto en la cama y no paraba de decir el nombre de Louis con más fuerza.
La reina se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo y decidió llamar al médico del castillo para que lo revisara.
Después de una evaluación exhaustiva, el médico confirmó que Harris estaba empezando a recuperarse poco a poco y dijo que si querían que Harris se recuperara del todo, necesitaría a su pareja lo más antes posible.
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Por el otro lado del continente, Louis se mantuvo inconsciente después de aquel ritual. La bruja Nermis lo ayudó a aliviar el dolor que tanto sentía con pociones mágicas que había preparado, pero el joven no despertó en los primeros dos días. Al tercero, de forma lenta comenzó a moverse y a tomar conciencia del lugar y de las cosas que había hecho.
–Louis, ¿estás bien?, ¿cómo te sientes? –dijo la bruja Nermis.
–Yo, no-no puedo quedarme aquí ten-tengo que irme –dijo Louis intentando sentarse.
–No te irás en este estado, estabas inconsciente por tres días Louis y necesitás recuperar tus fuerzas –dijo la bruja trayéndole un vaso de agua–. Tienes que descansar un poco más.
Louis agarró el vaso de agua con sus manos temblorosas, y bebió. Ver cómo sus dedos luchaban para poder tomarle el peso al objeto se dió cuenta que realmente su estado de salud no estaba del todo bien. La bruja tenía razón, pero no podía quedarse ahí después del sueño que había tenido sobre Harris.
–Necesito ir al castillo tengo que ver a Harris –diio mirándola con atención —. Él no estará bien... He visto un sueño, él no estará bien por mucho tiempo y tengo que impedirlo... tengo miedo que me deje solo –agregó.
Un dolor en su pecho llegó a estrujarle el corazón, realmente era miedo lo que estaba sintiendo. Miedo, angustia, desesperación por ir junto a Harris.
–Louis calmate un poco y dime qué has visto, puedo llevarte al castillo y ayudarte a encontrar una solución –dijo la bruja tomando su fría mano–. Ostras estás congelado te traeré algo para...
–No, no hace falta, lo que necesito ahora es a Harris y el me necesita a mi, es mutuo. Tu lo sabes, ¿conoces esto que me está pasando ?–dijo Louis limpiando las lagrimas que se había escapado y rodado por su cara .
–Si te entiendo pero estás congelado. No pienso dejarte así, morirás del frío –dijo la bruja un poco furiosa.
–Te he dicho que eso no me hará sentir mejor, he-he soñado que Harris estaba prendido en llamás, se estaba quemando vivo. Lucierne, el demonio le había echo eso y la única solución es que yo vaya lo más antes posible –anuncio Louis.
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MARTINUS
FantasyEn un mundo donde las criaturas mágicas como los elfos, las brujas y demonios habitan junto a los humanos, la vida no es nada fácil para las personas normales. Pero aquello empeoró aún más cuando el Rey Martines prohibió cualquier acto que insultar...