En cuanto Louis vio al carruaje delante de la puerta principal, corrió rápidamente hacia el castillo para informarle a la Reina. Preocupado por el dolor que sentía, trató de mantenerse tranquilo, pero todo apuntaba a que aquel carruaje era de Harris.
El castillo se mantuvo bajo la gran barrera de protección, pero aquello también era peligrosa para los que poseían un corazón malvado. Harris en ese entonces tenía al demonio Lucierne dentro de si por lo tanto si intentaba ingresar, aquello no sería para nada bueno.
-¡Mi reina!, mi reina hay un carruaje -repitió Louis al llegar a su lado. Jadeante encorbó la espada para recuperar el aire-me arde el tatuaje y mi corazón duele, estoy seguro que es Harris.
-¿Harris? ¿Aquí? Pero no podrá entrar... ¿Puedes quitar el escudo?-dijo la reina Armendoris caminando hacia la ventana posterior para lograr ver si realmente era su hijo.
-Sí puedo, pero no quiero que pase nada, el reino estaría en peligro si la quito. Yo podré salir sin problemas, le infomaré lo que encuentre- dijo mirandola a los ojos.
-Ten cuidado Louis- dijo girandose para ver cómo su joven brujo volvía a correr hacia las escaleras.
-Sí mi reina- dijo con prisa.
La reina Armendoris solamente asintió con su cabeza y se dirigió a la ventana para ver al joven Louis salir corriendo del castillo hacia la puerta principal. Se notaba que no estaba bien, mantuvo siempre su mano sobre su corazón y se tambaleaba un poco.
En cuanto traspasó la barrera, un hombre con una armadura distinta a los soldados de Terminus estaba parado allí dándole el perfil.
-¿Quien...quien eres?-dijo Louis estirando sus manos hacia delante listo para contraatacar si era necesario.
-¿Disculpa? ¿Es fácil para las ratas de Terminus hablar de esa forma a un guardia real?
-Da un solo paso y te carbonizo- Louis aguantó todo lo que sentía, no podía demostrar alguna mueca de dolor delante de un soldado enemigo y mucho menos ahora que la guerra entre ambas tierras se estaba llevando a cabo- lo preguntaré una sola vez ¿Quién eres?
-¡Delom!- la voz de un hombre sonó por el lugar. Aunque era un poco débil Louis pudo escucharlo y la reconoció enseguida- Esa no es...la forma... De tratar incluso...a tus enemigos.
-Lo siento Señor- dijo el soldado y enseguida abrió la puerta del carruaje
-Harris...- susurró Louis al verlo aparecer dentro del carruaje.
El soldado solo bajó su cabeza al escuchar la voz del príncipe y se mantuvo en silencio sin decir una palabra más. De forma lenta camino al carruaje y abrió la puerta.
El joven hombre con ojos vendados quedó frente a Louis, su cuerpo aún temblaba y pegaba pequeños espasmos involuntarios.
-¿Louis?- preguntó Harris e intento moverse en el interior del carruaje y lentamente llegó a la puerta donde el soldado ayudo en su bajada.
Estirando lentamente las manos hacia Louis dió unos pasos tambaleante.
-Aqui estoy, tranquilo- dijo Louis acercándose y tomando una de sus manos, en cuanto lo hizo Harris perdió el equilibrio y su compañero lo sostuvo con fuerza- Te tengo... Yo te tengo
-Ayudame Louis, tu... Tu eres un brujo-dijo Harris aferrándose al borde de la ropa de Louis.
La manga que cubría su brazo derecho estaba empapada, goteaba una y otra vez sangre fresca. Su respirar agitado y las pulsaciones de su corazón golpeando violentamente su pecho hizo evidente su estado de gravedad.
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MARTINUS
FantasiaEn un mundo donde las criaturas mágicas como los elfos, las brujas y demonios habitan junto a los humanos, la vida no es nada fácil para las personas normales. Pero aquello empeoró aún más cuando el Rey Martines prohibió cualquier acto que insultar...