MARTINUS

CAPÍTULO 9

En el camino Louis se llenó de preocupación por su Reino ¿Qué pasaría si la reina le pasara algo?

Esperaba que todo estuviera bien y que las bajas no sean tan considerables. En el cielo, montado sobre su dragón Timinos pudo distinguir al Rey Martines acercándose al castillo junto a los soldados, pero en el medio del bosque destacó a una bruja escondida entré los arbustos. Louis tenía una buena vista su poder se encontraba en sus ojos por lo tanto no le fue difícil verla, aquello le preocupo aún mas. Las brujas poderosas podían conjurar demonios y seres del Inframundo, debía llegar ya dónde la Reina.

Louis tenía un plan, usaría la vela negra que daba poder y fuerza, con esto formaría un escudo que protegería a todo lo que le rodeaba, pero debía llegar a tiempo.

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Mientras tanto en Martinus, Harris aún estaba preocupado por lo que había escuchado de Louis, decidió vestirse moviéndose por su habitación y guiandose por el tacto. No podía dejar que Louis enfrentará junto con la Reina a su padre, no podía quedarse sin hacer nada aunque su visión le impidiera valerse por si mismo, el quería ir donde todo estaba ocurriendo.

Aunque estaba la opción de preocupar más a Louis en vez de ayudarlo, Harris estaba seguro que cerca de él también podía darle más valor y fuerza como era su alma destinada.

Tomando lentamente su espada, la amarró a su cinturón y se detuvo en el medio de la habitación. Agitado y nervioso llevó su mano a su frente armandose de valor, salir de su zona de confort sería algo nuevo para alguien que había perdido la vista.

-¿Alguien..... aquí ?-dijo Harris.

-Si príncipe soy el guardia Delom-dijo un hombre mientras abría la puerta.

-Delom, ¿Puede decirme dónde está mi padre?- preguntó solo para asegurarse de que el Rey ya estaba armando la guerra.

-El rey ha ido a Ternimos, mi príncipe.

-¿Cuando?-dijo moviendo sus manos hacia el.

-Hace menos de una hora, se ha ido junto al ejército y sus dragones -dijo Delom.

-Quiero que me lleves -dijo Harris con la voz firmé.

-No mi príncipe, el rey no le gustará verlo en la guerra, ¿Y si le pasa algo? No es mucho lo que podrá hacer a falta de la vista- habló el guardia aterrado.

-Es una orden soldado, no me hagas repetirlo- ordenó Harris.

-A su orden, mi príncipe.

Los guardias prepararon el carruaje y al cabo de unos minutos llevaron a Harris, junto con dos guardias y el chófer por los bosques. Harris no quería que su padre lo viera allí así que les ordenó escoger otro camino
Deseaba que Louis y la reina estuvieran bien, después de todo Armendoris era muy amable con el.

En el transcurso del viaje Harris no pudo olvidarse de la voz de Louis, su cálido y tranquilo tono le producía anciedad. Su respirar era interrumpido rápidamente al imaginar su voz, lamentaba el hecho de no poder verlo, después de todo lo que había pasado deseaba conocer en persona que había nacido para estar junto a él.

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Louis llegó a la parte trasera del castillo, después de escoger otro camino para llegar más rápido, dejó a su dragón delante de la puerta en forma de protección por si acaso y entró lo más rápido posible.

Caminó a paso veloz por los pasillos y subió la escalera saltándose dos escalones para llegar rápido al segundo piso. Allí no tardó en ver la espalda de la reina en el gran salón mientras miraba por la ventana.