Harris podía sentir como el viento hacia volar su pelo, estaba inconciente sobre algo que se movía constantemente, no tenía la mínima intención de querer despertar, solo sentía aquellos movimientos junto con unas ganas inmensas de seguir durmiendo.
Al llegar al Castillo, los guardias bajaron al príncipe con delicadeza mientras que el Rey mandaba a llamar a un doctor. Le hecha a completamente la culpa a la reina y en especial a ese chico que se atrevió a chocar con el príncipe heredero.
¿Que maldición o brujería había caído sobre el para desmayarse de la nada?
Martines estaba furioso, el doctor no encontró ningún malestar en el. El joven estaba profundamente dormido, de vez en cuando balbuseaba palabras inentendibles pero su estado no cambio en absoluto.
El rey dejó la habitación de Harris mientras maldecia a la Reina, bajó a su sala de estudio y se mantuvo allí mientras pensaba en las cosas que se venían. Con un vaso de whisky en la mano lo bebió hasta el fondo para luego servirse otro y otra más.
No podía creer que la reina había cambiado los contratos, él realmente estaba seguro que ella estaría de acuerdo para entregarle todos los brujos y brujas de ese reino. No sé lo esperaba, definitivamente la reina lo había tomado por sorpresa y eso era algo que odiaba bastante. Tener que cambiar los planes solo llegó a pensar en una sola y grandiosa solución, la guerra.
Levantaría sus tropas, y organizaria enseguida los recursos para declarar la guerra de una vez por todas a Ternimos. El chico que había chocado con Harris no lo dejaría impune, algo debía tener para que su hijo no despertara fácilmente.
Entonces recordó la pintura, el chico de la pintura tenía los ojos azules igual que el muchacho ¿Sería un brujo más?
-Madita mujer, y maldito tu Reino...
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Mientras en Martinus el rey perdía la cabeza, en Ternimos, Arnendoris la reina intentaba despertan al chico de ojos azules. Al igual como había pasado con Harris, el joven tampoco despertó con facilidad, tardó dos horas para comenzar lentamente a mover los dedos y a pestañas repetitivamente.
Louis abrió los ojos de forma letargica, lo primero que vio fue que sobre su rostro habían hadas que lo miraban con gran atención desde las alturas, tardó unos segundos en recordar lo ocurrido y rápidamente se sentó en la cama agitado agarrando con firmeza la ropa de su pecho.
-Calmate- le dijo la reina que no había parado de caminar por toda la habitación.
-Yo...yo...-dijo abriendo unos inmensos ojos y tomando su brazo comprobó enseguida que el ardor que había sentido aún perduraba allí- El... ¿Dónde...?- agregó poniéndose de pie de un solo salto.
-Louis , porfavor cálmate no estás bien ,tienes que pensar las cosas -dijo la Reina tomándole las manos para sentarlo en un sillón.
-No, yo .... Yo lo vi, es el chico del lago es él ,él me miró ese día y sentí mi corazón estallar de emoción. Tiene el tatuaje y es mi alma gemela pero... pero ¿Cómo ? Yo... Yo no sabía que era el hijo del rey Martines -dijo Louis agarradose la cabeza y negando con ella.
-Cálmate, se qué estás confundido pero no queremos problemas. El rey Martines anunciará la guerra solamente por no haber aceptado su contrato, si sabe que su hijo tiene un tatuaje y que tiene una alma gemela, sumándole que es hombre, no mujer lo matará- dijo con la cara firmé.
-¿Cómo? Yo esperé mucho tiempo por mi alma gemela y resulta ser el hijo de nuestro enemigo, mi padre lo odiaba tanto y él mato a mi madre. No podría jamás perdonarle- dijo Louis Furioso.
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MARTINUS
FantasiEn un mundo donde las criaturas mágicas como los elfos, las brujas y demonios habitan junto a los humanos, la vida no es nada fácil para las personas normales. Pero aquello empeoró aún más cuando el Rey Martines prohibió cualquier acto que insultar...