CAPÍTULO 12

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Con la muerte del Rey Martines, la guerra había comenzado a ser controlada por Ternimus, gracias a su hechicero y la gran fuerza de combate mágica, el fin de la guerra se veía a la vuelta de la esquina.

Las cosas tardarían en ser calmadas pero al menos los soldados de Martinus cayeron y se rindieron ante los soldados de la reina Armendoris quienes los tomaron prisioneros mientras todo finalizaba.

Por otro lado del territorio, Louis se hizo paso lentamente por los árboles. Deteniéndose más de una vez se fue apoyando en los troncos de estos para así poder recuperar su aliento. Había subestimado el dolor, en un principio pensó que la espada del Rey le había rebanado la mitad del brazo pero al revisarse la herida no era lo suficientemente profunda como para perder el miembro pero lo suficiente como para necesitar suturas. Valientemente rajo parte de su ropa y apretó su herida para evitar perder más sangre mientras llegaba al castillo.

-¡Louis!- dijo una criada al verlo caminar solo por los jardines- ¿Que ha pasado? ¿Es... Es tu sangre? Llamaré al médico

-No te preocupes- dijo el apoyando su mano en su hombro- ayúdame a llegar donde está el príncipe Harris.

-No te vez bien.

-No lo estoy.

Preocupada, la mujer hizo señas a dos sirvientas que estaban en el corredor, luego continuó llevando a Louis como si fuera un tipo de lazarillo hacia el segundo piso.

No era de extrañar ver a un soldado en esas condiciones, y aunque Louis no era considera uno como tal, su ropa, su rostro y su pelo olían a sangre y muerte.

A pesar de su estado, el joven hechicero solo pensaba en una sola cosa, Harris. Su tatuaje había desaparecido por completo, el cuál era casi imposible para un novato, aquella bruja que tenía Martinus sin duda era una bruja con un gran poder para lograr lo que había hecho, pero ¿Con que fin? ¿Acaso Martinus estaba conciente de que Louis y Harris eran almas destinadas?

Lo que había sido una pizca de fuerza se esfumó en cuanto aquellos ojos azules se posaron en el chico de cabellos morrones.

-Harris- susurró antes de caer de rodillas en el lumbral de la puerta.

-¡Louis!- dijo la Reina al verle- ¡Llamen inmediatamente a un doctor!

-Si Señora- dijo una mujer saliendo con prisa de allí.

-No se queden sin hacer nada- enfadada la reina de acercó a su hechicero mientras era ayudado por los guardias.

-Fue... Una bruja...- dijo Louis tratando de mantener su conciencia.

-Ayudaremos a limpiarte, hemos traído ropa nueva y vendajes- dijo una de las mujeres que había recibido la orden de otra.

-¡Mi Reina!- dijo un soldado entrando y bajando su cabeza. En ese instante todos quedaron en silencio para escucharle- hemos ganado la guerra.

-Grandisimos los dioses.

-Gracias por la información- contestó ella para luego dibujar una sonrisa en su rostro.

-Muchos huyeron pero tenemos prisioneros, en este momento sus hombres están recolectando los cuerpos de los caídos.

-¿Cuántas han sido nuestras bajas?

-No lo sé mi reina, espero poder tener su respuesta a primera hora de mañana- contestó el soldado doblando su espalda para mostrarme aún más respeto.

-¿Que hay del Rey Martinus?

-Esta muerto- dijo Louis con una voz apagada al mismo tiempo que se sentaba en una silla con la ayuda de un soldado- en la colina sur detrás de los sauces encontrarán su cuerpo.

MARTINUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora