Para Daly Black su segundo año de preparatoria es como cualquier otro, nada por descubrir y enamorada del típico chico imposible del que todas se enamoran, con grandes amigas y hasta la fecha 0 corazones rotos.
Ella no esperaba nada de nadie.
Ella n...
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Mierda...
Había sido un largo trayecto hasta la cabaña y justo tenía que tocarme la habitación contigua a la de Aarón.
No logré pegar el ojo en toda la noche.
Al día siguiente las cosas siguieron su curso y traté de no coincidir con Aarón pero al parecer el destino tenía otros planes.
Bajé para hacerme el desayuno y cuando estaba por llegar a la cocina me llegó el olor de tortitas recién hechas.
Me acerqué y vi que había dos platos llenos.
Me quedé en mi sitió cuando escuche como Aarón cantaba mientras seguía cocinando.
Estuve a punto de darme la vuelta y salir corriendo pero algo en esa escena hacía que mis pies no me respondieran.
– ¿Vas a quedarte ahí o piensas comer algo?
Abrí los ojos como platos.
– Y-yo... – detestaba cuando me sentía nerviosa. Por lo general siempre tenía el sumo control de mis pensamientos y emociones pero cuando se trataba de estar cerca de Aarón, todo parecía jugarme en contra.
Vi como esbozaba una ligera sonrisa. – He dejado un plato con tortitas para ti, los chicos fueron de compras y como solo quedamos tú y yo supuse que tendrías hambre.
– Gracias Aarón, no tenías porque molestarte.
– No fue nada, la verdad es que calculé mal las medidas y terminé haciendo el triple de lo que se comería una persona normal.
Ambos sabíamos que no era cierto. Pero simplemente lo dejé pasar porque no quería generar más problemas entre nosotros, era un milagro que estuviera dirigiéndome la palabra y aunque fuera incluso esa patética conversación, me bastaba.
– Los chicos tienen planeada una fogata para esta noche y dijeron que si llegábamos tarde nos matarían a ambos, así que te pongo sobre aviso por si quieres comenzar a huir.
Solté una pequeña carcajada y él se giró para subir a su habitación.
– Aarón...
Se giró de nuevo, arqueando una ceja en señal de que continuará. – Feliz cumpleaños. – dije con una leve sonrisa.
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