Fui creado para servir

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D-dier subió al auto, su aspecto apesadumbrado no hizo sentir mejor a Jacob, pero mentiría si negara que era egoísta solo pensando en su tranquilidad.

—Entiende que me da miedo el que te expongas, —Jacob trataba de mantener la calma mientras convencía a su pareja.

D-dier bajó la mirada, era tristeza lo que sentía.

—Jacob, —la voz suave de D-dier siempre lograba relajar a Jacob, —si fuera una guerra tú ayudarías a los tuyos, —Jacob bufó negando con la cabeza, —sabes que no es por ahí D-dier. —El chico observó a Jacob quien tenía la mirada puesta en la autopista, —te amo, y el día que yo llegué a casa arrepentido, fue esa droide, M-cnela, quien habló conmigo, yo... —La mirada vidriosa de Jacob hizo a D-dier acercarse hasta su pareja para apoyar la cabeza en el hombro amplio de Jacob, —vi en ella hoy, mi mayor temor, —Jacob suspiró pesadamente, —si eso te sucediera... Y puede sucederte si los extremistas atacan el laboratorio.

D-dier besó suavemente a Jacob, dejame ayudar, sabes que puedo hacerlo. Jacob sabía que su causa estaba perdida pues D-dier estaba determinado a ayudar.

Al llegar a la casa D-dier preparó unas maletas. Empacó las cosas esenciales para que tanto Jacob como él pasaran las semanas en el hangar que se habilitaría para los droides.

A Jacob no le costó gran cosa negociar con Iker y Samantha, a cambio de que él pudiera permanecer cerca de D-dier, Jacob consiguió que uno de sus poderosos clientes le prestara sin costo un hangar vacío que tenía, todo porque su hijita de dos añitos podía caminar gracias a las piernas robóticas que laboratorios L-oVe le había proporcionado, también negociaron la paga justa para su nuevo empleado.

Una vez trasladaron los droides en medio de una fuerte vigilancia Iker y Samantha les explicaron a Jacob y a D-dier como este sería conectado a una base de datos para que toda la información sobre su nueva profesión le sea transferida a su memoria.

D-dier estaba ya conectado a la computadora, —oye precioso y si pedimos que te transfieran el Kamasutra... —Las cejas juguetonas de Jacob subían y bajaban.

D-dier sonrió y miró esos ojos humanos. Ojos que amaba y que eran más bellos que cualquier piedra preciosa. —¿sabías que estás loco?, —D-dier depositó un suave beso en los labios de Jacob. Mientras miraba como Samantha poco a poco apagaba ciertas áreas del sistema de D-dier. Era como anestesiarlo.

—Tranquilo campeón, D-dier estará bien. —La voz de Iker hizo poco por calmar a Jacob.

—Lo amo Iker.

Iker sonrió con ternura, —sabemos que es así y por eso te agradecemos que le permitas realizarse siendo productivo. Ahora es un miembro más del equipo.

La transferencia de datos duró cerca de dos horas. Mientras se actualizaba el sistema de D-dier.

Al abrir los ojos lo primero que el droide buscó fue a su pareja quien se acercó para darle un apasionado beso.

—Hola mi bello enfermero, —D-dier sonrió y un rubor muy suave cubrió aquel hermoso rostro.

Los ataques de los extremistas se calmaron. Pero laboratorios L-oVe no estaba dispuesto a arriesgar a su personal y a sus droides.

—Me alegra que te sientas mejor M-cinela, la droide sonrió a D-dier, —gracias Di, el cariñoso diminutivo que la droide usaba para D-dier le agradaba.

—En un momento podrá pasar tu esposo para verte, —D-dier anotaba en una tableta los resultados del escaneo realizado al sistema de M-nela.

—Cielos, pobre de Humberto, debió estar muy asustado.

D-dier asintió, —al principio estaba muy asustado, pero ahora está bastante tranquilo ahora que sepa que podrás irte sin consecuencia alguna por el ataque.

M-cinela sonrió satisfecha, —dime Di, ¿atraparon a los que me hicieron esto?.

La entristecida voz de M-cinela conmovió a D-dier, —tu esposo puso una demanda y casi todos los agresores de los droides fueron atrapados. Ahora falta esperar los juicios y con ello la sentencia.

—Hoy daremos de alta a nuestra última paciente, —dijo Samantha Satisfecha mientras revisaba una lista de pedidos para realizar más droides.

Si creían los extremistas que los pedidos disminuirían se equivocaron, pues los laboratorios estaban saturados tanto de pedidos de prótesis y de compañeros robóticos. También la recién abierta sala de cuidados y mantenimiento fue muy bien acogida por los usuarios. Esto hizo que D-dier se sintiera feliz por servir. Por sentirse útil y no solo un muñeco, sino que ahora era un aliado.

—Una vez que demos de alta a M-cinella no será necesario que se queden en el hangar, D-dier. Tanto tú como Jacob podrán regresar a casa.

Esa noticia alegró a D-dier. Pues a pesar de tener el departamento improvisado que habían armado en el hangar Jacob y él, extrañaba su casa y supuso que Jacob estaría más que feliz.

Iker miraba las noticias que se proyectaban en la pantalla del bar en el que Jacob y él tomaban un trago.

—Malditos extremistas no se van a calmar pronto. La frustración en la voz de Iker no pasó desapercibida para Jacob.

—Tienes razón, —Jacob suspiró cansado mientras su vista seguía los acontecimientos de la pantalla, —me preocupa D-dier, él está expuesto a un ataque.

Iker apesadumbrado miró a su amigo.

—¿Por qué no lo proteges con el contrato de convivencia Jacob?, —Iker se sentía molesto, pues sabía que si algo le sucedía a D-dier, sin el contrato era imposible detener a los agresores.

Jacob se sintió un pendejo, —tienes razón Iker, no puedo dejar a D-dier a la deriva.

—Entonces hazlo, muchos de esos bastardos extremistas han sido atrapados. Así que realmente el panorama para las parejas alternativas no es malo.

Delante del juez estaban Jacob, D-dier, Iker, Samantha, Humberto quien tenía del brazo a M-cinela, Cassandra y Arturo a parte de las personas que trabajaban en el laboratorio y las que laboraban con Jacob.

La pareja lucía radiante.

D-dier vestido con un hermoso traje de color negro que se ajustaba perfecto a su esbelto cuerpo. Elegante y sobrio.

Jacob vestido con un traje gris suave y chaleco varios tonos más fuertes de gris.

Los aplausos llegaron al mismo tiempo que las felicitaciones.

D-dier fascinado veía la alianza que ahora abrazaba su dedo anular, ahora se sentía completo... Eso, pensó debe ser lo que las personas llaman... pertenencia.

D-dier Un Amor InteligenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora