Justo después del Año Nuevo, el clima seguía siendo frío, después de una nevada, la temperatura bajó algunos grados y toda la ciudad se cubrió de nieve, como si estuviera helada.
Xiao Wenhan, quien acababa de ser liberado del centro de detención, estaba en los huesos. Su cara, que originalmente había sido suave y redonda, ahora solo era piel opaca, sus pómulos eran marcados, haciéndolo lucir extraño. La cicatriz, que iba desde la frente a la barbilla, lucía muy impactante cuando se veía por primera vez. En cuanto a sus ojos, que alguna vez era brillantes, llorosos y sonrientes, ahora se veían apagados y tenían un color amarillo, como el de los pescados muertos. Era como ver a un hombre muerto.
Tiene treinta años y ya no es joven. En el pasado, había logrado mantener su rostro fresco y joven gracias a muchos cuidados, pero ahora, ya no es el joven maestro de la familia Xiao. Incluso, tiene una cicatriz en la cara y le falta una pierna. Todo había terminado.
* * *
Cuando había entrado al centro de detención, ya no era una persona alta y poderosa, por lo que la gente comenzó a ridiculizarlo.
— Mira, ese es el pequeño joven maestro de la familia Xiao, ¿crees que la familia Xiao esté a punto de caer?
— ¿Crees? La gente rica es anormal. Escuche que él es gay, he visto unas fotos de él. Oye, era una zorra en ese momento, pero ahora luce tan viejo, ya no luce como solía ser.
— Jajaja... sacudiendo su trasero. ¡Idiota barato! Si no fuera porque luce tan asqueroso, realmente querría probarlo. ¿Acaso el trasero de un hombre es realmente más cómodo que el de una mujer?
Un grupo de personas, que se encontraban en el centro de detención, hablaban horriblemente, cada uno decía cosas peores. Cada que lo veían, al ahora cojo Xiao Wenhan, le escupían y le decían malas palabras.
Cuando estuvo a punto de salir, le dijeron.
— Idiota, no te vayas. Deja a tus hermanos probarte, déjanos probar al que alguna vez fue alguien rico y hermoso.
Todos rieron a carcajadas, el rostro de Wenhan estaba pálido, todo su cuerpo temblaba, sus puños estaban apretados. Giró la cabeza hacia ellos, mirándolos con fiereza, sus ojos malhumorados mostraban que quería tragarlos vivos.
Los pocos presentes conocían el escándalo que había provocado y no le tenían miedo, uno de ellos levantó la mano y lo abofeteó con un fuerte "pop".
— ¡Vete a la mierda! ¿Qué estás mirando, eh? Tú causaste esto, ¿por qué te enojas? ¡Cojo de mierda!
La bofetada fue muy fuerte, Xiao Wenhan se tambaleó, por poco y no logra mantenerse en pie. Pero una persona se acercó y lo pateo en la rodilla. Wenhan grito de dolor y cayó al suelo, lastimando su pierna. Todo su cuerpo temblaba por el odio, su cara estaba completamente distorsionada por el odio.
«¡Estos cabrones! ¡Un día... un día la situación cambiará y mataré a todos lo que se atrevieron a humillarme! ¡No dejaré a ninguno!»
Tal vez la forma en que los miraba era muy viciosa o las personas a su alrededor no lo soportaron, pero uno de ellos extendió la mano y le dio otra bofetada.
— ¡Cierra los putos ojos! ¡Todavía crees que eres un joven amo, ¡eh?! Ja, todos en el centro sabemos que después de que te detuvieron, la familia Xiao no hizo nada. Solo les importa seguir ganando dinero, ya ni siquiera recuerdan quién eres. ¿Cojo, quién diablos crees que eres ahora?
La bofetada fue muy fuerte y dolorosa, pero las palabras que dijo perforaron directamente el corazón de Wenhan, eran como una hoja afilada.
No quería admitir que lo que estas personas estaban diciendo era la verdad, pero Xiao Ji no se había presentado desde que le habían amputado la pierna, ni siquiera cuando fue llevado al centro de detención. Ni siquiera lo visitó en Año Nuevo. El viejo había extendido su mano cuando lo necesitaba, pero lo pateó cuando ya no le fue útil. ¡Su vida era incluso peor a la de un perro a los ojos de Xiao Ji!
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💕YOU ARE MY LIFE💕
Action¿Cuál es la experiencia de tener un rival amoroso con los atributos de un loto blanco? El amante fue secuestrado, los familiares murieron trágicamente, el negocio familiar fue tomado y el, Xiao Zhan fue a la carcel pensando que la mala suerte deberí...