Atrapado con el demonio

18

Felipe

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¿Q- Qué?...

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Christian

Es increíble que una simple confesión quite tanto peso de mis hombros. Aún así, no quiero mirarlo a los ojos, por unas cuantas horas. estoy avergonzado de lo que le dije, no por expresar mis sentimientos, sino que el hecho de que me haya demorado tanto en confesarlo porque sabía, aunque sea en el fondo de mi corazón, que cuando Felipe me dijo que me amaba, yo sólo quería decirle que también lo hacía.

Patético, venir a esconderme en la biblioteca para que Felipe no me vea todo colorado y emocionado por lo que le dije. sonrío ante mi actitud de niño y me preparo para irme, cuando de pronto escucho pasos cerca de mí..., y mi corazón se acelera. Nadie viene un día Domingo en la mañana a la biblioteca. Mis latidos suenan terriblemente fuertes en mis oídos y van el doble de rápido que los pasos que se acercan, intento calmarme y escuchar lo que hablan..., y sus voces son muy familiares.

Frank y Colton caminan besándose y tocándose hasta llegar a la esquina contraria de la estantería en la que estoy apoyado. Siento que estoy violando su privacidad al verlos así, tan cerca uno del otro, con sus miradas pícaras y sonrisas lascivas. Por otro lado, ellos se están besando en un lugar público así que ellos dejan que cualquier persona los pueda espiar.

La voz de Frank me hace enfocar mis ojos en ellos.

-Me toca a mí hoy- dice agachandose frente a Colton, bajando su pantalón y mordiendo el trasero de éste.

-No aquí -concuerdo con Colton, no lo hagan aquí, frente a mí..., podría mirar hacia otro lado pero la curiosidad me mata.

-Nadie vendrá. Además, es una de mis fantasías follar en una biblioteca. Ya he cumplido las tuyas, ahora quiero que las mías se hagan realidad.

Cierro los ojos y sólo escucho gemidos y risas, debo salir de aquí.

La biblioteca tiene tres salidas y dos de ellas están a la vista de Frank y Colton. La tercera está más lejos, así que me tomaría más tiempo llegar a ella..., pero es la única solución. Me quito los zapatos para no generar eco en el piso de madera y visualizo el camino a la salida para cerciorarme de que ningún obstaculo se interponga de imprevisto.

-Me duele -aulla Colton y mis pensamientos se quiebran.

-A mi también me dolían las velas y las cuerdas y nunca me quejé.

-¿Por qué nunca lo hiciste?

Espero la respuesta de Frank, espero que le diga que está embobado por él. Vuelvo a mirarlos en el momento en que Frank hace girar a Colton para plantar un gran beso en sus labios. Frank toma de las caderas a Colton y lo vuelve a poner de espaldas a él.

-¿Necesito responder esa pregunta?- dice Frank y Colton niega con su cabeza.

-También me gustas -dice Colton con los ojos cerrados.

-Shh... en las fantasías sexuales no hay sentimientos.

-Pero esto es real.

Ésta situación es tan sexy, debería quedarme y aprender de ellos..., no no no debo irme. Ahora.

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-¡Felipe! -grito instantáneamente al ver que la puerta de la habitación se abre. Felipe no está aquí desde que me fui en la mañana. Y aquí está.