Christian
La vergüenza me llegó a la hora después.
Cuando nos pusimos las poleras nos tumbamos en la cama y nos quedamos dormidos. Al abrir los ojos lo primero que vi fue el rostro color canela de Felipe. Sus facciones, hechas a manos por Miguel Angel, son deslumbrantes.
Posé mi mano en su mejilla y recordé nuestro juego. La sensación agradable de sus besos, la lujuria que sentía cuando nos tocábamos... pero sobre todo mi actitud osada. Dios, nunca me había comportado así, me dejé llevar por el momento, por las caricias y la lujuria. Todos esos recuerdos recorrieron mi mente y mi cuerpo reaccionó a ese estímulo; mejillas rojas, manos sudadas y una inminente erección. Creo que con lo que ha pasado hoy abrí una puerta imposible de cerrar.
Felipe me abraza con mucha fuerza, al mirarlo descubro que algo no va bien; su cara está sudada y gime con descontrol, sus espasmos son cada vez más fuertes por lo que intento despertarlo. Zarandearlo no funciona, las bofeteadas tampoco. De manera brusca Felipe abrió los ojos y me miró; se notaba demasiado que su pesadilla le afectó.
-Felipe ¿Estás bien?- pregunté estúpidamente... obvio que no estaba bien, su bello (y demoniaco) rostro reflejaba miedo y tristeza. Sinceramente, ver a Felipe tan vulnerable me excitó demasiado.
-Si, estoy bien- dijo él mientras que sus brazos en mi espalda me atraian a su cuerpo, puso su cara en mi cuello y suspiró sonoramente dos veces- necesito descansar un poco más.
Llevé mi mano derecha a su cabello para acariciarlo y la izquierda la puse en su espalda mientras Felipe buscaba refugio en mi cuello. Esta situación es demasiado dulce, no quiero que se acabe.
Veo el reloj: 1:10 p.m. ya casi es hora de ir a almorzar, Frank llegará en cualquier momento. Intento zafarme de las garras de Felipe, me es imposible. Espero hasta que vuelve a caer dormido, es en ese momento cuando me levanto y comienzo a ordenar la habitación, corto el pastel de fresas e intento despertar a Felipe, lo abofeteo suavemente.
-Humm...-Felipe abre lentamente sus ojos, me mira, me sonrie, toma mis manos y me tira hacia él- dormir contigo es agradable.
-¿Mas agradable que tu pesadilla?
Felipe apreta su mandíbula y me observa seriamente.
-No tienes idea.
-¿Quieres hablar de ello?
-No... no estoy preparado.
-Avísame cuando lo estés.
Después de esa frase le doy un beso en la mejilla y me levanto de la cama. Besos en la mejilla... estoy tomando una actitud bastante docil a esa muestra de cariño.
-Frank vendrá a comer pastel como en quince minutos más.
Felipe me mira y frunce el ceño.
-Espero que Frank no esté interesado en ti.
Me gustan más... hombres había dicho Frank ¿No soy lo suficiente hombre? ¿Es porque no me comporto como un macho? ¿Cómo se comporta un macho? ¿Qué le gustará a Frank? Quito las preguntas de mi mente.
-No te preocupes, no le gusto.
-Mas le vale.
-Esos son... ¿Celos?
Felipe se levanta de la cama y se acerca a mí, toma mis caderas para inmovilizarme, acerca sus labios a mi oreja y susurra:
-Me gusta defender lo que es mio.
Una ola de escalofríos recorren mi cuerpo y una sensación cálida se asoma en mi pecho. Estas reacciones fisicas se limitan por un pensamiento.
-¿Me ves como un objeto que puedes adueñar?

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Atrapado con el demonio
Fiksi RemajaDe la noche a la mañana la vida de Christian cambió. Su madre decidió que un internado era lo mejor para su educación. El Internado Vertumno es el mejor instituto del país. Pero adentro le esperan muchas sorpresas... como su nuevo compañero de habit...