Atrapado con el demonio

12

Christian

Miro a Frank con asombro, ésta es la primera vez que veo llorar a Felipe, al parecer soy el único ya que Frank ni se ha inmutado, se aleja de nosotros y me insta a que abrace más fuerte. El llanto desgarrador de Felipe me destroza el corazón. Los brazos de mi compañero de cuarto me rodean y palpan mi cuerpo como cerciorándose de que soy real. Lo soy... O lo era.

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Llegamos los tres a la habitación de Felipe y recuerdo lo que mi padre me dijo: tu mamá me pidió que te dejara en el cuarto que estabas... Vete. Gracias mamá eres la mejor.

Felipe no me mira, solo mira el suelo, se sienta en su cama y veo sus lágrimas caer ¿Yo causé todo ese dolor?

-Creo que deben hablar ustedes primero... Yo volveré a mi habitación, nos vemos después Chris- Frank besa mi cabeza con cariño y me da una suave palmada en el hombro derecho, luego le dice unas palabras en el oído a Felipe y se marcha. Siento que me he perdido muchas cosas.

-¿Quién fue?- dice Felipe con una voz apagada, sabía que preguntaría eso y sé lo que tengo que decir. Lo recuerdo todo.

-No lo sé, no vi quien entró al-

-No mientas- me interrumpe y me sobresalto, Felipe me mira... Y es alguien completamente diferente: está quebrado, lo noto. Sus ojos están rojos y sus manos tiemblan, están blancas debido a la fuerza que está ejerciendo en ellas, me levanto y me dirijo hasta él, tomo su cara y la elevo para que me mire, Felipe apreta lo dientes- fue Marcos... No hay necesidad de fingir que no sabías, él me lo dijo. Él me contó todo.

Siento una punzada de dolor y pienso en lo que Marcos me había dicho sobre contarle a alguien lo que pasó. Pienso en lo que pasó.

-¿Y no les sucedió nada a ustedes?

-No... Frank, Colton y yo atacamos antes.

Atacamos... El miedo que recorre mi espina llega a mi cerebro y comienza a imaginar lo que pudo haber pasado.

-¿Dónde está Marcos ahora?

-Ya no está aquí.

El primer pensamiento que se crea en mi mente es que está muerto.

-No lo matamos- dice Felipe como si hubiera leído mi mente- pero tampoco salió ileso.

Siento sus brazos en mi espalda y apoya su cabeza en mi estómago, estoy aquí, ya no llores más. Alzo el mentón de Felipe para que me mire, sus ojos cafés están rodeados de estelas rojas, estelas de sufrimiento... Sus labios tiemblan, los toco con mis dedos y los abro, acerco mi cara a la suya, nuestros bocas se rozan y una chispa recorre mi cuerpo, lo beso y creo que puedo alejar el dolor de su cuerpo.

-Chris, debo decirte algo importante- dice entre besos.

-Puede esperar.

Lo empujo hacia su cama y me subo sobre él, mi lengua recorre toda su boca y siento que no es suficiente. Siento la manos de Felipe caer de mi espalda a mi trasero, y recuerdo todo como si estuviera pasando otra vez... Recuerdo como me violaron sin compasión, y de pronto tengo un miedo irracional, y las lágrimas caen. No debería sentirme así, Felipe es diferente, no puedo creer que el inspire en mí esa sensación dolorosa.

No es él, es la situación. El sexo para mí es un problema ahora, no puedo sentirme cómodo si cada vez que Felipe me toque evoco el recuerdo de lo que pasó aquel día. Creo que los dos pasamos momentos terribles, creo que los dos estamos rotos.

-Chris ¿Qué pasa?- me preguntó Felipe.

Apoyo mis manos sobre su pecho, siento latir su corazón... Está aquí conmigo, las pesadillas se acabaron. No quiero decirle todo lo que pasó porque eso lo transformaría en algo real... Y no quiero pensar en eso ahora.