Atrapado con el demonio

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Christian

Llegó el gran día. Hoy entraré a un instituto de prestigio y de calidad. Es el más caro por lo tanto es el mejor que existe. Mi abuelo, mi padre y mi hermano estudiaron ahí y les fue excelente en la universidad "debes seguir nuestro ejemplo" dice mi padre. Ser abogado, doctor o ingeniero... eso es lo que no quiero. Ser como ellos.

-Christian está listo tu último desayuno en esta casa- dice mi madre. La mayoría de las madres lloraría al ver que su hijo menor se va de la casa. Mi madre no es común, tiene su propia tienda de ropa que ya se ha internacionalizado, prácticamente no está en la casa- hice yo el desayuno- será asqueroso.

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-Ya estamos casi listos señor... ¿Van Helsing? Como el-

-Cazador de vampiros. Si.- La sangre Holandesa de mi familia siempre ha sido graciosa para todos- ¿Le falta mucho para el papeleo?

-Ah... no. Termino en un segundo- vuelve a fijar su atención en su computadora, saca una llave de uno de los cajones y me la entrega- ahí tiene la llave de la habitación, el número de ésta está en la llave. Su habitación está en el quinto piso.

-Gracias.

-De nada, señor Van Helsing- dice el recepcionista con un tono burlón.

Me dirijo al ascensor. Cuando me voy acercando me doy cuenta que tiene un letrero pegado en las puertas "ascensor en mal estado, use las escaleras... o espere tres meses para que lo vengan a arreglar". Cinco pisos que tendré que subir con todas estas maletas. Giro y miro en dirección al recepcionista, está disfrutando de esta situación, lo sé.

-Te ayudo a...-¡mi salvación! Giro para decir a todo pulmón que si, quiero la ayuda.- llevar esas cajas Carlos.- no era para mi la ayuda. Maldición. Tendré que subir con todo.

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Felipe

-Ah... Fe-Felipe n-no toques ahí.

-Donde... ahí.

-Ah... si ahí.

Uff... Marcos me tenía duro desde la semana pasada, por fin puedo tenerlo entre mis brazos... bueno, en realidad es entre mis piernas. Toda la semana estuvo provocándome con miradas y meneos, debía esperar a que sus padres se fueran de la visita de vacaciones para poder estar con él.

-Felipe.

-¿Hum?- le respondo mientras beso su cuello, con una mano acaricio su costado mientras que con la otra acaricio su entrepierna por sobre el pantalón.

-¿Hoy no llegaba tu nuevo compañero de habitación?- me dice mientras se aferra a mi, arañando mi espalda

-No llegará hasta el tercer bloque de clases, así que tengo tiempo- digo mientras desabrocho lentamente su bermudas.

-Bueno, yo no tengo tanto tiempo, así que apresurémonos.

Marcos se da vuelta y comienza a presionar mi entrepierna con su trasero, movimientos suaves y circulares. Me quito los pantalones y busco un condón... me preparo para la acción.

-Oh... Dios Felipe- gime Marcos lascivamente- un poco más ¡ah!

En el momento en que iba a embestir a Marcos con todas mis fuerzas, siento una llave en la cerradura, solo pude decirle a Marcos:

-Creo que ya llegó mi nuevo compañero.

La puerta se abrió estruendosamente y un chico cae al suelo.