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Felipe

Sábado en la mañana, a un día de irme de este instituto..., y lamento tanto haber decidido irme... Haber pensado en algún momento que estaría mejor olvidándome de todo. Escapar de mis problemas nunca fue mi fuerte. ¿Qué me pasa? Yo peleo por lo que quiero, la adversidad me estimula y me hace moverme, no entiendo cuando perdí el horizonte y caí en las dudas, dejándome llevar por el mar de pensamientos que me alejaban de mi norte. Pasa que te enamoraste dice mi corazón, lamento decirlo pero tiene razón dice mi mente. Chris, Chris, Chris, suena en mis oídos como si fueran mis latidos. Me volví débil por él, me volví humano..., antes solo quería pasar el rato, follar con quien quisiera a la hora que quisiera... Después de Chris todo se volvió borroso, esperaba la hora para llegar al cuarto, para verlo y tenerlo en mis brazos. Maldigo el día en que creí que dejar las cosas atrás era una buena opción, maldigo el día en que no me percaté que las cosas iban mal y que Christian no llegaba a la obra de teatro, maldigo mi estupidez y maldigo mi actuar impulsivo al firmar los papeles para irme de este internado de mierda.

Pero lo hecho, hecho está. No hay vuelta atrás...

Suspiro con fuerza y Christian se mueve a mi lado, se acerca a mí, dejando la cara en mi pecho y su mano rodeándome. Acaricio su pelo haciendo remolinos y la pena me agobia. Pensar que me queda un día con mi pequeño es demasiado para mí. Quiero estallar. Tengo ganas de mandar todo a la mierda y quedarme solo con mi amor.

Mi mente da vueltas y vueltas reordenando el desastre que tengo, intentando no recordar esos meses en que no tenía a Chris y las drogas me acompañaban; Marihuana, Popper, LSD, Extasis y tantas mezclas que hicieron de muchos días algo que no recuerdo. Un fin de semana completo bajo los efectos de esas drogas que me producían vómitos y jaquecas prolongadas. Esos meses fueron terribles y casi los sentía un sueño, si no hubiera sido por Colton y Frank tal vez habría muerto.

Miro mi teléfono para ver la hora; 9.22. Unas 25 horas más y estaré en el auto de mi tío... Mi auto, manejando hacia mi departamento, pensando en lo que haré, si entraré a la Universidad o si trabajaré, si vendo todo y me voy o si me quedo aquí..., esperándolo a él.

-Buenos días Felipe -son las primeras palabras que salen de la boca de Chris al despertar.

¿Después de que me vaya quien llegará a ocupar mi puesto? No sólo en el cuarto si no que en su corazón ¿Cuánto se demorará en reemplazarme? Cierro el puño con fuerza, mi mente juega conmigo. Es una tontería, estar pensando el futuro y no vivir el presente.

-Buenos días príncipe -beso su frente y él se acerca más a mí, si es que puede.

-¿Qué hora es? -Me pregunta en un bostezo. Dios como lo amo.

-Las que tu quieras que sean.

Me mira con esos bellos ojos color miel y esa sonrisa tan dulce y angelical. Es un niño, un polluelo aún.

-Hora de regalonear.

Me besa apenas rozando mis labios, dejándome con ganas de más, con ganas de poseerlo y de no hacer nada al mismo tiempo. Opto por devolver el beso pero con más pasión, me pongo a su altura, (que significa que mis pies toquen el final de la cama y amenacen con sacar las sábanas de raíz) tiro su cabeza hacia atrás y beso su cuello. Un gemido es mi respuesta y un apretón en mi polla la recompensa.

-Hoy haré todo yo -me dice Chris entre gemidos.

Nos destapamos y Chris se sube sobre mí, sin quitarme la ropa interior, comienza a hacer movimientos circulares sobre mi falo y logra encenderlo. Su cara expresa lo que está sintiendo; mordiéndose el labio inferior y cerrando los ojos. Pone sus manos en mi pecho y roza mis pezones, una descarga eléctrica intensa pero corta me recorre el cuerpo. Siento su lengua pasar lascivamente por mi mejilla y llegar a mi oreja; estoy duro. Intento poner mis manos en su cuerpo pero me las toma y las deja sobre mi cabeza, mientras pasa su lengua por mis costillas y pecho.

Atrapado con el demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora