Saint no podía recordar mucho de lo que había sucedido después de que el jeep impactara contra el auto de Zee. En la lejanía él recordó pequeños fragmentos, gritos, voces, tal vez risas, pero nada distintivo. Cuando al final él abrió sus ojos, no tenía ni idea de cuál era su ubicación actual.
La oscuridad lo envolvió, su cuerpo palpitaba con un dolor alarmantemente similar al que Saint recordaba de la golpiza de aquella ocasión cuando fue atacado. El frío en la habitación, donde sea que esta habitación pudiera estar, penetró sus huesos, haciéndolo temblar. No ayudó el sentir que yaciera sobre una superficie dura y fría que ya le había dejado la espalda entumecida y rígida.
Con gemidos, Saint trató de levantarse, solo para descubrir que no podía moverse. Ahora preso del pánico, se sacudió el mareo persistente, con la vaga esperanza de que la causa fuera solo el agotamiento que le estaba pasando factura. Pero por supuesto, él sabía mejor que la realidad podía ser otra. Demonios, la habitación oscura y fría prácticamente sellaba la condena. El menor había visto suficientes películas de suspenso y terror para saber que los secuestradores siempre llevaban a sus víctimas a lugares remotos y oscuros, donde nadie los oiría gritar pidiendo ayuda. Y quizás por ello, no estaba tan sorprendido cuando se dio cuenta de que sus manos y sus piernas habían sido fuertemente atadas.
Sus pensamientos inmediatamente fueron hacia Zee. El otro hombre había estado conduciendo el automóvil cuando este se estrelló. ¿Él estaba bien? Dios, Saint así lo esperaba. Por más temeroso que pudiera estar por su propio bienestar, fue el pensamiento de que la vida de Zee estuviera en peligro lo que realmente amenazó con detener su corazón. "Zee...", él lo llamó en un susurro. "Zee, ¿puedes oírme?"
Examinó en la oscuridad, tratando de encontrar cualquier señal de luz, cualquier forma que pudiera identificar como el cuerpo de su amante. Por supuesto, por lo que sabía o suponía, su secuestrador debió haberlos puesto en habitaciones diferentes. En este punto, este parecía ser el mejor escenario, porque Zee ciertamente ya habría respondido a sus preguntas si él se hubiera encontrado ahí.
Y aun así, Saint no podía evitar continuar susurrando el nombre de Zee una y otra vez. Probablemente era ridículo, pero hacerlo le dio cierta medida de claridad que lo ayudó de una manera que realmente no podía explicar.
Sin embargo, cuando una respuesta finalmente llegó, Saint casi gritó sobresaltado. "No, tu novio no puede oírte. Solo somos tú y yo, cariño."
Saint se congeló y, como si fuera una señal, la habitación fue invadida por la luz. Después de estar tanto tiempo en la oscuridad total, los ojos de Saint dolían al ser asaltados por el repentino brillo. Pero él ni siquiera tenia que ver para saber la identidad de su captor.
Habría reconocido esa horrible voz en cualquier lugar.
Willy McIntosh se sentó a unos metros delante de él, mostrando su ya distintiva y escalofriante sonrisa. El brillo de locura en sus ojos hizo que Saint se sintiera como una presa, justo a punto de ser devorado.
Se movió intentando alejarse del hombre como pudo, aunque arrastrarse por el suelo con las manos y las piernas atadas realmente no podía ayudarlo a escapar. McIntosh solo se rió y no se movió de su silla. Saint se detuvo cuando ya pudo lograr sostenerse y apoyarse contra la pared. Sin embargo, la sonrisa de satisfacción de McIntosh le dijo algo más, algo que Saint apenas se atrevió a reconocer. Pero su propio instinto de autopreservación pareció palidecer cuando se interponía por su preocupación por Zee.
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Conflicto de Interés || ZaintSee
RomanceZaintSee forever 💙❤️💜 ❁❁❁❁ Saint tenia que ayudar a su mejor amiga en ese día especial, aunque fuera vestirse de mujer, por suerte el traje le queda a la perfección y es capaz de enamorar hasta a la persona mas inesperada posible. El abogado pena...