⁛ Capítulo • XIV ⁘ Tú me salvaste ⁛

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Algunas insoportables horas más tarde, Zee por fin llevó a Saint a través de la puerta de su apartamento. Saint soportó estoicamente todo el proceso de ser revisado, interrogado varias veces y cuestionado sobre cada detalle de su traumática experiencia. Si Zee todavía hubiera tenido un automóvil, él podría haberlo estrellado contra la estación de policía, solo porque no podía soportar ver a Saint lucir tan perdido.

Cheer Olivera los había acompañado durante todo el proceso, y al menos había tenido la amabilidad suficiente de llevarle algo de ropa a Saint. Ella los guió a la casa de Zee ahora, siguiéndoles al interior del hogar incluso cuando Zee no se lo pidió.

"¿Están seguros de que ustedes dos van a estar bien?" ella les preguntó.

Zee asintió mientras colocaba a Saint en el sofá. "Lo que Saint necesita en este momento es privacidad y mucho descanso. Gracias, detective Olivera".

Joss y Nat se acercaron detrás de ella. El hermano de Zee se aclaró la garganta. "¿Le importaría llevarnos a nuestro lugar?" él preguntó. "Me temo que mi auto está destrozado y con mi brazo lastimado..."

Señaló su vendaje con una sonrisa autocrítica. Distantemente, Zee pensó que su hermano podría estar tomando lecciones de actuación con su esposa. El disparo de escopeta que había alcanzado a Philip McIntosh había golpeado levemente a Joss, pero fue más un roce que otra cosa. Aún así, la estrategia funcionó, ya que Cheer asintió en respuesta. "Por supuesto. Será un placer llevarlos."

Zee los guió hasta la puerta y la cerró detrás de ellos un poco más fuerte de lo que hubiera sido cortés. Por fin, él volvió a la sala de estar. Su mente se quedó en blanco cuando se dio cuenta de que Saint había desaparecido.

Intelectualmente, Zee se dio cuenta de que nada le podía haber pasado a Saint en el medio minuto en el que él se había ido, pero su corazón aún no había superado los eventos del día de hoy y probablemente nunca lo haría. Y entonces, él escuchó la ducha correr en el baño. Se apresuró hacia la fuente del sonido, solo para encontrar a Saint ya en la ducha, arrancándose la ropa con enojo y arañando su piel.

Sin siquiera molestarse en desvestirse o quitarse los zapatos, Zee se unió a Saint en la ducha y rodeó al joven con sus brazos. "Oye. Oye. Shh... Está bien."

"No, no está bien", respondió Saint con voz entrecortada, sus lágrimas mezclándose con el agua de la ducha. "Sigo recordando sus manos sobre mí, sigo imaginando lo que hubiera pasado si tú no hubieras aparecido. Y luego me digo a mí mismo que soy tan estúpido y egoísta, que debería preocuparme más por el hecho de que podrías haber logrado que te maten con todo lo que hiciste. Todos podríamos haber sido asesinados. Y luego, me pregunto si realmente hay algo en mí que hizo que McIntosh quisiera lastimarnos. Y luego... Oh, dios, Zee... esto duele tanto."

Al escuchar las palabras de Saint un nudo oprimía dolorosamente la garganta de Zee, ellas estaban por romper el corazón del mayor. "Tienes razón", le susurró.  "No está bien, nada de esto está bien. Pero debes recordar que esto de ninguna manera es tu culpa. Demonios, si alguien debería culparse a sí mismo, ese soy yo."  Y lo hacía, por dios, cómo lo hacía, pero no iba a entrar en eso justo ahora.  "Ese hombre era un psicópata, pero ahora se ha ido. Él ya no puede lastimarte más."

Saint siguió llorando, aferrándose a Zee, sus uñas se enterraban en la carne del mayor.

"Simplemente siento que... yo nunca seré capaz de estar limpio, como si él se hubiera quemado en mis retinas y en mi piel.  ¿Es eso estúpido? En realidad él no llegó a...  t-terminar el trabajo. ¿Estoy loco ahora? Ni siquiera puedo pensar con claridad."

Conflicto de Interés || ZaintSeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora