Exceso De Dulzura [ABDL]

23

Hilary iba conduciendo en su coche, su cuñado estaba sentado en el asiento del copiloto, por mas que ella tratara de disimularlo, iba aguantándose las lagrimas cuando vio la foto de su hijo que tenia en su auto y pensó en algo que tenia mucho miedo que ocurriera.

─ ¿Qué pasara si pierdo a Ry? No quiero perder a otro… ─susurro─

─ No digas eso Hilary… que si eso pasa tal vez se cumpla el sueño de mi madre de que yo no exista… ─respondió Noah sintiendo que se volvía loco de la desesperación por ver a su esposo─

Noah iba comenzar a llorar pero una vibración en su celular lo interrumpió, enseguida encendió el aparato pensando que se trababa de buenas noticias sobre Ryland, pero levanto la ceja al ver que era un numero desconocido, aun así abrió el mensaje, al leerlo entro en pánico.

─ ¡Hilary! ¡Mira, mira! ─exclamo mostrándole el celular a la tatuada─

─ ¡¿Qué pasa?! ─dijo frenando el auto, tomo el celular─ ¡ese es el lugar donde se encontraba el club de boxeo donde Ryland vio a Keisha por primera vez! ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?!

Hilary enseguida se desvió del camino donde se suponía que iban, Noah la miro confundido, pues él no sabia de ese lugar.

─ Cuñada, ¿A dónde vamos?

─ ¡A ese lugar! ¡¿A dónde mas vamos a ir?!

Noah se quedo incrédulo porque en cualquier momento sentía que iban a tener un accidente por lo rápido que conducía Hilary. Pero ahora mismo lo que importaba era ir por Ryland, llegaron rápidamente gracias a que Hilary conocía bien la dirección.

Ambos bajaron enseguida notando que ya no estaba el club de boxeo, y en su lugar había una casa, Hilary se encargo de romper la ventana y entro junto a Noah, comenzaron a llamarlo mientras lo buscaban, sin encontrarlo.

─ ¡Llamare a la policía! ─propuso el moreno─

─ ¡Siempre tardan siglos en llegar, no voy a quedarme con los brazos cruzados! ─le respondió la tatuada desde lejos─ ¡ash! ¡no lo encuentro por ningún lado!

─ ¡Yo tampoco! ¡ya lo buscamos por todas partes!

Ambos salieron de la casa, Hilary analizo el lugar, notando que habían huellas de zapatos en la tierra mojada, jalo a su cuñado del brazo y siguieron el camino, pero llegaron a un punto donde ya las marcas de los zapatos no eran visibles. La mujer maldijo

─ Noah, tu ve por la izquierda y yo por la derecha para buscarlo. ─ordenó ella apuntó de correr hacia dicho lado─

─ ¡Hilary! Espera ─Noah la tomó de la muñeca preocupado─ Keisha te odia, podría hacerte algo, es peligroso que vayas sola, cuñada.

─ ¿Y tu crees que por eso no iré a buscar a Ryland? Me importa una mierda que me odie ─dijo soltándose─ incluso si me mata por intentar salvar a mi hermano, ¡moriré feliz sabiendo que me sacrifique por él!

Noah la miro con los ojos abiertos de par en par, Hilary se veía bastante decidida.

─ No quiero volver a sufrir el mismo dolor que sentí cuando mi hijo murió, tu no sabes lo que se siente perder a alguien que amas. Y no creo que quieras saberlo si le pasa algo a Ryland. ─volvió a decir Hilary, su tono de voz era lastimero─

El hombre no pudo evitar asentir, al ver eso Hilary sonrió y dijo.

─ Entonces vamos, yo te mandare mi ubicación y tu mándame la tuya, y ve llamando a la policía.

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