─ Ryland, come. ─Keisha ya había perdido la cuenta de cuantas veces le había pedido que aunque sea probara el plato de comida─ te vas a morir de hambre, desde ayer que te tengo aquí no has ni siquiera tomado un vaso de agua.
El mestizo volvió a negar, estar ahí le quitaban hasta las ganas de respirar, se sentía miserable. Además de que lo que decía su ex esposa era verdad, el día anterior no había comido, y en ese tampoco, y ya era de noche, ósea que llevaba casi dos días sin comer, se sentía muy débil.
─ Ya me hartaste, necesito ir a trabajar y no tengo tiempo para esto ¡entonces vas a tragar por las malas!
Se asusto cuando la mujer saco un cinturón y lo golpeo con este seguidas veces en su espalda, sin ni siquiera dejarlo reaccionar y teniendo la reacción de llorar y gritar de dolor.
─ ¡Noooo! ¡yaaa! Snif… ¡no-no me pegues! ─rogo tratando de cubrirse─ ¡por favor!
─ ¡Keisha, ya estoy aquí! ─una voz masculina se escucho junto a unos pasos acercarse con rapidez, apenas logro taparse con una ligera sabana─ dime ¿en que dijiste que necesitabas mi ayu-
Vio asomarse por la puerta a un hombre alto de unos cuarenta años aproximadamente. El extraño al notar a Ryland en ese estado no pudo terminar la pregunta de la impresión y miro a Keisha con la boca abierta y con los ojos abiertos de par en par
─ Keisha, ¡¿me puedes explicar lo que estoy viendo en este momento?! ─pregunto sorprendido, Ryland escondió su carita entre sus piernas gracias a el miedo─
─ Pues… simplemente lo traje de visita, sabes que extraño mucho a Ryland. ─dijo la mujer como secuestrar fuera una acción habitual─ bueno, te llame porque necesito para que cuides que no se escape, hoy será una noche ocupada para mi.
─ Estas enferma ─la miro decepcionado─ cuando te dije que trabajaría para ti me refería a cosas normales, ¡no a ser cómplice de un secuestro de tu ex esposo!
─ Tu decides, o lo haces, o perderás a tu esposa y a tu hijo para siempre. ─en eso el tipo se quedo callado mirando para abajo─ Me lo imagine, volveré mañana, y mas te vale que hagas el trabajo bien, te daré lo que tanto deseas si lo cumples.
Keisha dio media vuelta para irse, pero antes miro a Ryland y le dijo con una sonrisa.
─ Adiós amorcito, pórtate bien y no me extrañes.
Y sin mas la mujer azoto la puerta. Ryland mordió su labio para intentar no sollozar al frente de ese tipo que lo superaba mucho en contextura y altura, este lo miraba de pies a cabeza.
─ Primero hay que curarte todos esos azotes ─suspiro el hombre─ iré por el botiquín.
El mestizo vio que el extraño regreso en menos de un segundo con una pequeña caja, la puso a el lado de él y puso su mano en su hombro, se aparto inmediatamente.
─ No me toques.
─ Solo quiero curarte, dime en donde te pego.
De nuevo no hubo respuesta, el hombre se fijo en Ryland, vio que tenia azotes en la espalda. Tomo un algodón con alcohol y lo acerco a una de las heridas, el mestizo grito enseguida.
─ ¡No! ¡Duele! ─dijo a punto de llorar─
─ Y si te mueves dolerá más y tardará más. Por favor pon de tu parte y prometo que será rápido, ¿ok? ─pidió amablemente─
Ryland lloro en todo el proceso de curarlo, el desconocido trato de ser lo mas gentil y rápido posible. Al principio Ryland no se quería dejar, pero sabia que todo seria peor si sus heridas no eran curadas.
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Exceso De Dulzura [ABDL]
RastgeleEsta historia trata de Ryland, un hombre de 32 años quien luce muy joven y hasta se puede decir adorable para su edad. Después de haberse divorciado de su antigua esposa tenía una buena vida con su familia y casado con otra persona. Pero en el pasad...