Exceso De Dulzura [ABDL]

20

Sintió un intenso dolor de cabeza al abrir los ojos, no sabía en donde estaba, a pesar de la oscuridad se dio cuenta que estaba en una cama y que sus manos estaban atadas, también tenia un frio intenso, ¿acaso estaba sin ropa?

Ryland no sabia que hacer, del miedo que sentía sus lagrimas empezaron a salir, ni siquiera le salía la voz como para gritar y pedir ayuda, pero eso no fue necesario para que la puerta se abriera.

─ ¡Hola mi bebé! ¿creíste que metiéndome a la cárcel nos separaríamos? ─dijo una voz femenina─ ¡pues gran error!

─ ¿Ke-Kei-sha? ─hablo entre cortado, fue lo único que logro decir gracias a el miedo que sentía─

─ ¡Así es! ─ella encendió las luces dejándola ver─ por fin lograremos estar juntos Ry, mi sueño esta a punto de cumplirse.

El hombre miraba a la mujer con gran miedo en los ojos, Keisha parecía una psicópata, tenia mil preguntas, pero le daba miedo intentar conseguir respuestas al ver que su ex esposa tenia una pistola en la mano.

─ ¿Qué pasa? ─pregunto la mujer al ver que su ex esposo ni pestañeaba─ ¿Por qué me miras así? Exceso de dulzura.

─ ¿Po-por que me-me llamas así? ─pregunto al fin logrando hablar─

─ Pues, me entere que así te describe Noah ─rodo los ojos mirando el arma que tenia en la mano─ ese idiota, me da ganas de vomitar con solo decir su nombre por alejarte de mi. Pero a pesar de eso, debo admitir que lo admiro por describirte de una manera tan original.

─ ¡¿Dónde esta él?! ¡¿Por qué me tienes aquí?! ¡déjame ir!

El hombre mestizo grito con desesperación tratando de zafarse de las cuerdas, que era imposible, no se sentía nada bien atado en una cama al frente de esa mujer, y para colmo con solo un pequeño pantalón corto, agradecía mucho tener esa prenda, pues le tapaba el pañal, no quería que Keisha se diera cuenta.

─ Shhh~ bájale el tono que por mas que grites tu "papi" no va a venir, bebé ─en eso Ryland abrió los ojos como platos y se sonrojo─ supongo que vas a preguntarme como se que eres abdl, ¿tu crees que soy idiota? Se que no te aguantaste la curiosidad cuando te propuse que usaras los pañales para adultos que compraste por accidente, nunca los tiraste y encontré accesorios de bebé en los cajones de nuestra habitación.

A Ryland le exploto la cabeza, ¿entonces Keisha lo había sabido durante todos esos catorce años?

─ Ryland, quiero que me perdones, tal vez no fui la mejor esposa, la mejor madre ni hablemos ─soltó un suspiro─ pero estoy locamente enamorada de ti, es verdad que al principio no tuve una muy buena impresión tuya, pero gracias a ti me di cuenta de que el hecho de que un hombre no sea rudo y dominante no tiene nada que ver si será un buen esposo o no. Por favor, dame una segunda oportunidad, te lo ruego.

Keisha se veía sumamente triste, como era típico de Ryland no se sintió bien verla así, pero recordó todo lo que le había hecho, ¡lo tenia secuestrado en ese preciso instante! Aparte, él ya amaba a otra persona.

─ Lo siento Keisha, no volveré contigo ─dijo firmemente─ te pido por favor que me sueltes y me dejes salir de aquí, mi familia debe estar preocupada por mi… los extraño…

─ ¡¿Y a mi nunca me extrañaste?! ¡¿nunca te preocupaste por mi cuando me dejaste en esa asquerosa cárcel?! ─grito enojada─

─ ¡¿Ya se olvido que casi matas a Tyler?! ¡¿Qué clase de madre que hace eso no debería estar en la cárcel?!

─ Mi intención no era matarlo a él… era a tu hermana.

─ Aja, ¡¿Y no crees que hacer eso es igual de malo?! ─apretó las cuerdas que lo detenían enojado─ sácame de aquí, no quiero ver ni en pintura a una persona como tu.