LingXi y el ultimo señor del pico Bai Zhan.

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Era sólo que el último líder de la secta Cang Qiong solía visitar a menudo al maestro de la cumbre Qing Jing.

Shen Jiu se llevó una gran cucharada de arroz glutinoso a la boca. El trotar de los caballos no interfirió en ningún momento en su sencillo almuerzo.

—Demonio Mañoso. —comenzó Shen Jiu mientras dejaba su plato a un lado. —¿Eso quiere decir que estamos buscando partes del alma de mi Qi Ge perdidos en tus recuerdos?

Luo BingHe observó satisfecho como el niño estaba lleno de la comida que él mismo había preparado. Dejó descansar su mejilla en su mano.

—He estado probando métodos para encontrar sus almas Po. Por eso te dije que necesitaría tu ayuda, Xiao-Jiu

La mano que amenazaba con amasar sus pequeñas mejillas fueron apartadas de un golpe seco.

—¡Nunca mencionaste que murió! —exclamó Shen Jiu, lleno de indignación.

—No creí que fuera necesario —suspiró Luo BingHe. —Después de obtener las seis almas Po faltantes, haré un cuerpo y lo tendrás de vuelta.

Parecía que le dolía más el haber sido engañado que su muerte en sí.

Después de un tiempo, Shen Jiu dejó caer sus negras pestañas.

—¿Cómo murió? ¿Fue muy doloroso?

Repentinamente, la sonrisa placentera de Luo BingHe se esfumó. Sus estaban rojos rojos de cólera.

No conocía a este famoso Qi-Ge para empezar. Y aunque lo quisiera hacer, para ser un niño en la trata de personas, era improbable que siguiera con vida después de tantos años.

—Tal vez cayó en una trampa para conejos. Quien sabe.

—¿Dónde está su cuerpo?

El Rey Demonio meneó su cabeza con una indicación clara. Shen Jiu apretó sus dientes.

—¡Qi-Ge es tan impulsivo! Siempre le he dicho que sea cuidadoso, ¡pero no! ¡El tonto prefiere ser una mamá gallina en vez de salvar su propia miserable vida!

—¿Tanto te preocupa?

—¿Preocuparme? —bufó el niño —¡Ese idiota sería capaz de morir por desconocidos! No me extraña que haya sido tan bruto como para dejarse atrapar. ¡Se lo merece por inepto!

Shen Jiu evadió la mirada curiosa del Rey Demonio, y prefirió mirar la pared frente a él.

—Solo hace las cosas más ridículamente difíciles...

Se negó a dejar que el demonio con piel humana se regocijara de su sufrimiento. Aún si se sentía herido, también conocía los arrebatos de justicia de su Qi-Ge. Sabía que algún día de esos, podría no salir victorioso.

Simplemente no esperaba que fuera tan pronto...

Shen Jiu tragó su pena al fondo de su estómago, disfrazándolo con una risa irritante.

—¡Se lo merece!—recalcó — ¡Cuando vuelva, definitivamente voy a recordárselo por el resto de lo que me queda de vida!

El rostro que mostraba indiferencia y fastidio era creíble pero aún se le habían escapado las esquinas de sus ojos, que habían enrojecido hasta parecer quemados y dolidos. Solo Luo BingHe sabía que ese Qi-Ge nunca volvería.

—¿A donde iremos ahora? —preguntó Shen Jiu mientras terminaba rápidamente lo que quedaba de la sopa, su determinación destellando en sus ojos negros.

Tan brillantes como el brillo estelar.

Luo BingHe curvó sus labios con una sonrisa fría. Sus esbeltos dedos acariciando con lastima el cabello lacio del otro.

El pequeño villano escoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora