Después de regresar de la gruta, el viaje en carruaje fue ligero y tranquilo.
Luo BingHe dormía plácidamente apoyado en la ventanilla, mientras Shen Jiu agarraba las riendas de los caballos y repasaba su siguiente plan.
Tendría una nueva pieza de ajedrez, una que esperaba fuera más útil que simples humanos con deplorable noción sobre la vida y la muerte. El trato de sangre ya era vigente, por lo que estaba pensando en volver al bosque cuando Luo BingHe se fuera y hablar con el hombre serpiente. Si no quería cooperar, simplemente lo asesinaría. No necesitaba más distracciones.
Pero el hecho de que estuviera de acuerdo con el juramento de sangre mantenía viva una pizca de esperanza.
En sus viajes, se había contactado con cultivadores rezagados y otros extranjeros con influencias. Si lograba que el hombre serpiente se infiltrara entre los suyos, serviría de espía.
Lamentablemente, no existía ninguna secta seria que pudiera tener en mente para unirse. Para él, detener a Luo BingHe sólo era una piedra en el camino hacia su libertad. No estaba interesado en cortarle personalmente la cabeza.
Las hojas de primavera y los frutos ya maduros adornaban el pasaje. Shen Jiu miró fugazmente hacia atrás para estar seguro de que la bestia seguía dormida.
Las pestañas del hombre estaban cerradas, acariciando sus mejillas que habían recuperado algo de color. Su cuello estaba un poco doblando, haciendo que se golpeara contra la pared del carruaje entre ciertos intervalos de tiempo.
Debía estar muy cansado como para dormir en una posición tan incómoda. Shen Jiu hizo acelerar el paso del caballo para que su cabeza se tambaleara y se golpeara con aún más fuerza.
Para su desgracia, y tal vez por la jaqueca que Luo BingHe había sufrido esa noche después del viaje en carruaje, hubo otro impedimento para volver a hacer sus viajes secretos.
Una de las tantas cosas que hace un cultivador usualmente se relaciona con cacerías nocturnas, pero visto que los dos reinos se habían funcionado en uno, eran escasos los cultivadores que continuaban practicándolo seriamente.
La convivencia entre humanos y demonios no era la gran cosa. Ambas especies se repudiaban entre sí y generalmente se llevaban a cabo cacerías a humanos para generar granjas de carne podrida. Usualmente eran los descendientes de Luo BingHe quienes hacían guardia para mantener el equilibrio.
Los humanos permanecían en ciudades con protección. Quien fuera el iluso que creía poder enfrentarse contra tantos demonios, tenía un pasaje gratuito al reino de los cielos.
Esto Shen Jiu lo sabía muy bien. Los cultivadores no planeaban vivir escondidos por más tiempo, por lo que debieron usar la energía espiritual para evolucionar sus tácticas y sobrevivir en la cacería donde la presa eran ellos.
Dentro de la granja de humanos había una instalación grande donde los prisioneros eran criados como animales, sin educación, sin poder ver la luz del sol. Tal como si fueran cerdos para el matadero.
Los sembradores dejaron de lado su labor de contagiar a los humanos y saludaron respetuosamente a Luo BingHe, quien bajaba del carruaje con ayuda de Shen Jiu.
Este le susurró entre dientes.
—¿Te estás desquitando porque no quise asistir a tu regreso hace más de tres años? —Shen Jiu estaba con los ojos rojos de cólera.
El hombre sonrió, como quien le sonríe a un pájaro que ha capturado con las manos y metió el dulce de arroz en su desprevenida boca.
—Si te nace, puedes hacerlo. Pero tu misión es otra. —explicó mientras veía como el otro masticaba a regañadientes. Dejó otro par dentro de los bolsillos de Shen Jiu. Sabía que le gustaban los dulces, pero no los comía seguido. —Serás mis ojos.
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El pequeño villano escoria
FanficUn fanfic donde el alma de Shen Jiu es dañada, una de ellas tiene la forma y los recuerdos de él siendo un niño. Luo BingHe tiene que recolectarlas y, de paso, terminar de criar a su Shizun(? Después de una emboscada de unas concubinas de Luo Binghe...