IV

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La música y sus encantos, encantos que logran sacarte de este mundo y llevarte a otro hecho de tu imaginación. Ella logra transportarte de un mundo triste y sin alegría o color a uno colorido y alegre.
Melodías y canciones son las que lo sacaban de ese injusto mundo al que llamamos tierra, lo sacaban del sufrimiento de existir para luego llevarlo a otro mundo en donde estaba completamente sano y a salvo...
O no...
Solo él creía que estaba sano y salvo, pero no era así. Su conducta en la escuela o casa decían cosas muy distintas a "sano" o "protegido". Era solitario y solo tenía un amigo.
Su imaginación.
Ese lugar en donde todos somos felices por segundos pero luego tenemos que volver a la triste realidad a veces con un bajón emocional o porque nos quitaron los auriculares de los oídos y ya no podemos escuchar música. Esa melodía que te lleva a tu mundo, mundo donde eres feliz y solamente existes, porque no sufres o te emocionas al estar ahí, solo existes acompañado de gente que ni siquiera conoces o tal vez si. Tal vez si porque son tus personajes ficticios creados por ti, al ser tú su creador, tú decides su futuro y forma de ser, logrando que sean amables, alegres, depresivos, que finjan...
Fingir, tal y como todos hemos echo una vez en nuestra vida, todos fingimos una sonrisa para no tener que explicar porque estabas mal, o para poder ocultar esas lágrimas que amenazaban con salir de tus ojos. Así se sentía él.
Estaba deprimido y esa depresión sin expresarse lo consumía, lentamente pero lo hacía. Y aunque sabía que estaba mal, no aceptaba ayuda alguna, por más que insistiera cualquier persona, no aceptaba. Él solucionaba sus problemas solo y le gustaba...
¿En serio le gustaba?
No, no le gustaba en lo mínimo, pero no quería ser una carga para los demás que si tienen problemas en la vida.

Las cosas que pasan...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora