26. Lo que pudo pasar...

1K 95 13
                                    

*Ezra*

No sabía cómo sentirme acerca del plan de Lilith, si, sé que ella es la única capaz de lograr sacarnos de todo el desastre en el que estamos, pero... ¿Qué tan bueno es el plan si una de las personas más egocéntricas del mundo está en el? Les prometo que no estoy diciendo esto solamente por la maldita y desagradable costumbre que tiene Axel Meunier de coquetearle a mi novia cada vez que estos dos conversan, creo que preferiría que ese fuera el caso y que no fuera una realidad.

—Sí, yo tampoco soy demasiado su fan...es que ¿Cómo es posible que una persona pueda ser odiada y amada por los medios al mismo tiempo? —Pregunta mi amigo, el cual tiene aún más razones para odiar al francés, ya que por lo menos a mí no me había tratado como un mesero en la primera salida que tuvimos para hablar del plan.

—Yo también soy amada y odiada por los medios, no lo olvides. —Comenta Lilith, apareciendo en el pequeño comedor con un gran sombrero veraniego.

Thomas se queda unos cuantos minutos mirándola fijamente, como si estuviera intentando buscar algún detalle en ella que pudo haber cambiado desde la última vez que se habían visto.

—No es lo mismo, en tu caso se debe a la misoginia que hay en los medios, no porque seas realmente insoportable. —Termina de contestar Thomas, tocándose con cuidado su cabello, el cual ya solamente tiene unos pequeños destellos del tinte azul que antes llevaba.

—Mucha gente piensa exactamente lo contrario y es por esa misma razón que las fotos los van enloquecer. —Deja su bolso en la mesa y se sienta con cuidado en la butaca que queda justo enfrente de la de mi compañero, provocando que este la mire con sorpresa.

—Sigo sin pensar que son realmente necesarias...

—Pero lo son, ¿Qué mejor cosa que hacer que toda la atención de la prensa pase de una relación a otra? —Pregunta y yo noto como mi amigo se relame los labios al escuchar la palabra "relación" salir de la boca de la mayor de las Jones. —Las fotos nos ayudarán a calmar un poco las aguas para Layla y Ezra y también nos irán bien para la parte final del plan.

—¿La cual es...?

Es justo en ese momento en el que Axel aparece en comedor viéndose como si acabara de salir de una importante reunión de negocios, aunque todos sabemos que recién se acaba de levantar. La que si tiene pinta de recién haberse levantado es la rubia que viene detrás de él, aún llevando puesto su pijama blanco y sus pantuflas con pequeños solecitos que la hacen ver desgarradoramente adorable.

Sé que tengo una estúpida sonrisa en mi rostro, pero es imposible no tenerla cuando veo como Layla rápidamente busca mi mirada al llegar.

—Buenas noches, para la próxima deberían intentar poner sus despertadores un poco más tarde así perdemos más tiempo, al fin de cuentas tenemos un montón del mismo, ¿No? —Saluda Lilith a los recién llegados y yo no puedo evitar notar como mi novia baja su mirada ligeramente avergonzada, mientras que el otro simplemente sonríe al escucharla.

—Desprendiendo encanto como siempre, Lilith Jones.

—Siendo un tarado como siempre, Axel Meunier.

Ambos se miran con atención durante unos cuantos minutos y creo que puedo decir por todos los presentes en la habitación, que no sabemos que hacernos para desaparecer de la misma, pero en realidad no es necesario que lo hagamos, ya que parece que para Lilith y Axel no existe nadie más que el otro.

La persona encargada de ponerle fin a su extraña batalla de miradas es mi amigo Thomas, quien se aclara la garganta con la fuerza suficiente como para desconcentrarlos a ambos.

El amor y la fama [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora