6. El premio al mejor novio falso sin duda alguna no es mío

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*Ezra*

Me arrepentí de invitar a Layla a mi departamento en el momento que ella puso un pie en el.

¿Por qué justo hoy el idiota de Thomas decide dejar toda la casa hecha una porquería?

Ahora ella no solo va a pensar que me visto como vagabundo, sino también que vivo en un basurero. El premio al mejor novio falso sin duda alguna no es mío.

—Perdón el desorden, tengo a una rata viviendo conmigo. —Me excuso rápidamente, intentando limpiar todo el desastre disimuladamente.

Layla observa todo a su alrededor, como si de alguna manera estuviera guardando cada pedazo de mi habitación en su mente, una parte de mí se siente alterado por esto, pero la otra se siente feliz por saber que por lo menos voy a tener un pequeño lugar en su mente.

— ¿Vives con alguien? —Me pregunta, regresándome a ver por primera vez desde que llegamos.

—Vivo con Thomas, mi representante. —Le recuerdo y ella abre sus ojos por completo. -Lo sé, sé que no es demasiado recomendable juntar tu vida personal con la laboral.

— ¿Realmente crees que te juzgaría por eso? Literalmente mi hermana mayor es mi representante y básicamente mi jefa.

—No es por nada, pero tu hermana me da miedito. —Le confieso, sacando algo de tomar de mi refrigeradora, la está mucho más decente que la última vez que revisé. —Siento que se roba mi alma cada vez que la miro a los ojos.

Layla al contrario de tomarse mal el cometario decide reírse con fuerza, con tanta fuerza que por un momento creo que voy a tener que sujetar su silla para que no se caiga.

—Literalmente creo que en el fondo ella puede hacerlo, simplemente decide que no es tan interesante. —Comenta, al estar mucho más calmada. —Mi padre escogió sin duda alguna el nombre más indicado para ella.

Asiento levemente y le tiendo su bebida, la cual ella acepta con una gran sonrisa. Nunca he pensado que mi departamento sea la gran cosa, para ser sincero lo único que me importaba al mudarme es que fuera medianamente decente, pero ahora al verla a ella en el este se ve mucho más que decente. Es como si ella con el simple hecho de estar en una habitación ya pudiera iluminarla por completo con su esencia.

Es...maravilloso.

—¿Todo bien? —La pregunta de Layla me saca de mis pensamientos, provocando que riegue un poco de la cerveza en mi camiseta. —Lo siento, no quería asustarte.

—No te preocupes, creo que al final me vas a terminar contagiando eso de quedarse perdido en otro planeta.

—¿En ese otro planeta también tenemos que fingir ser pareja? —Layla se lleva un mechón de cabello rubio detrás de la oreja, provocando que un extraño sentimiento se adueñe de mí.

En ese planeta no debemos de fingir serlo, porque lo somos.

Maldita sea, Ezra.

—En ese otro planeta vivo en un lugar mucho más decente que este. —Desvío un poco el tema, intentando que no ser tan obvio. —Creo que debería cambiarme la camiseta, ¿Me acompañas?

Seguramente me vaya al infierno por ser así con ella, pero creo que sería feliz allí, aunque no la tendría a ella conmigo.

—Yo....

—Te puedes quedar en la sala mientras me cambio, ¿O prefieres quedarte aquí? —Le explico mientras me relamo los labios para mantener oculta mi sonrisa.

—Cocina. —Dice y luego se da cuenta de lo raro que sonó. —Me voy a quedar en la cocina, gracias.

—Excelente, cualquier cosa que necesites me gritas. —Le indico, dándome la vuelta para ir a mi cuarto. —Aunque las paredes de este departamento son muy gruesas...

El amor y la fama [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora