voyerismo

153 10 0
                                    


Lo mejor de la semana de exámenes era cuando terminaba y todos podían disponer de su tiempo como quisieran.

NamJoon estaba feliz. Había sido el mejor de su grupo (otra vez) y ahora ya podría dormir sin preocupación. También podría ir a casa de sus padres, extrañaba mucho dormir en la cálida habitación que tenía, quería comer lo que preparaba su madre a diario y, sobre todo, quería disfrutar del hermoso paisaje que recorría durante su trayecto en tren.

Era perfecto todo.

Lamentablemente el reloj marcaba las dos de la mañana y gracias a que en las últimas tres semanas había dormido tan poco y tan tarde, llevaba dos horas rodando en su cama sin poder pegar sus ojos y descansar.

Estaba en ese momento del día en el que, mirando a la puerta, meditaba y analizaba cada momento de su vida del último año. En especial cuando conoció a HoSeok y quedó tan enamorado de él que no veía retorno. Pensaba en lo difícil que era ver al chico a diario en la habitación y no tener el valor de hablarle buscando algo más.

Le dolía tanto saber que el chico era bastante popular en su facultad, le dolía que él no lo mirara como algo más que su amigo.

Pero su corazón se rompía más al saber que cada una o dos semanas, Jung salía de fiesta y no lo veía hasta casi medio día después. Era bastante difícil verlo con marcas moradas en el cuerpo y con rasguños en la espalda.

Sus ojos estaban a punto de cerrarse, estando todo tan tranquilo era normal. Pero un golpe en la puerta, seguido de unas risas escandalosas lo hicieron brincar en su lugar y cerrar los ojos para simular que estaba perdido en el mundo de los sueños.

Escuchó susurros y risitas. Notó la luz del buró de HoSeok ser encendida y el ruido de la ropa al caer de lleno al suelo. Los sonidos húmedos y suaves jadeos le llegaron a sus oídos de una forma tan profunda, que por un momento temió echarse a llorar ahí mismo, sobre todo cuando pudo distinguir los dulces gemidos de su Hobi por encima de los balbuceos extraños de YoonGi.

Entonces abrió los ojos, y por un momento deseó no haberlo hecho. Porque el ver la melena rubia de HoSeok subir y bajar de entre las piernas del pálido fue lo peor. Sin embargo, su pene palpitó ante la imagen, y su mente se permitió a recrear esas mismas imágenes con él de protagonista. Relamió sus gruesos labios y los mordió con fuerza para evitar liberar un gemido mientras bajaba su mano para tratar su erección.

—Ah —escuchó el suspiro de YoonGi, y su ira creció cuando el chico se tomó la libertad de poner su mano sobre HoSeok, para levantarlo para darse un beso tan húmedo, que NamJoon sintió su propia humedad mojar su mano para rodear mejor su miembro mientras trataba de liberarse.

Miró como YoonGi abrió más las piernas y HoSeok se situaba entre ellas.

Su mente se revolvió entonces, creando la imagen de HoSeok debajo de él con sus preciosas y blancas piernas abiertas, su cabello revuelto y a él encima, penetrándolo tan fuerte y tan bien que solamente ellos dos hacían sonar la cama como en ese momento.

—Demonios, Yoonie —gimió HoSeok cuando por fin se deslizó dentro, apretando sus manos en las piernas, levantándolas más. Dándole así un espectáculo a NamJoon difícil de olvidar—. Te sientes tan bien.

— ¿Más que JiMin?

—Mucho más, blanquito.

Las ganas de llorar disminuyeron, sobre todo cuando los gemidos y las maldiciones salían de la pequeña boca de HoSeok, haciéndolo temblar a él y cubrir su boca con la mano libre para no gemir alto.

Sabía que probablemente era malo que estuviera viendo ese tipo de cosas. Sobre todo, por ese pequeño pero significante dolor en el pecho que le hacía querer llorar y abrazar a su mamá para decirle que tenía al corazón roto.

Sin embargo, no pudo evitar mirar fijamente a HoSeok. Tan concentrado, lleno de sudor y soltando balbuceos inentendibles mientras penetraba el pequeño cuerpo de YoonGi.

Él quería estar ahí, en el lugar de HoSeok. Quería ser él quien hiciera gemir y rechinar la cama de cualquiera de los dos en un intento por liberarse. Quería ser él a quien HoSeok acudiera cuando tenía ese tipo de necesidades.

Un último suspiro llegó al mismo tiempo que el semen salía de su cuerpo y manchaba su ropa. No gimió, porque sabía que eso sería alertar a los dos chicos frente él pero cerró los ojos con fuerza y suspiró dándose la vuelta para mirar hacia el lado contrario. Solo entonces, se permitió liberar las tristes lágrimas que inundaban sus ojos, escuchando como entre susurros enojados por parte de HoSeok, obligaba a YoonGi a callarse.

Mientras el sueño iba apoderándose de su cuerpo y su respiración se calmaba, NamJoon deseó con todas sus fuerzas ser él quien tuviera la suerte de estar con HoSeok de esa forma. Quería ser él quien lo besara y pudiera sostenerlo entre sus brazos cada momento del día, solamente para hacerle saber lo mucho que lo quería.

Quería ser él quien lo amara.

NamSeok Smutty EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora