tímido

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HoSeok brincó a los brazos de SeokJin en cuanto la puerta se abrió, le dio un par de besos en las mejillas mientras le gritaba lo mucho que lo había extrañado. Segundos después lo lanzó lejos de su cuerpo y con su mochila en mano corrió directo al baño para cambiarse el pantalón que seguía sucio.

NamJoon también saludó a su mejor amigo, apretándolo con fuerza entre sus brazos después de darle un besito en la frente. Caminó junto a él hacia la sala y fue entonces que se dio cuenta de lo que sucedía.

— ¿Llegamos en mal momento? —preguntó, sintiéndose bastante consiente de que su amigo llevaba la camisa mal abrochada y el pantalón flojo, mientras que el cinturón negro que él le había regalado de cumpleaños reposaba tranquilo en la mesita de centro frente al joven que estaba mal envuelto en una enorme cobija gris, despeinado y con la playera al revés.

— Sí —respondió SeokJin sin un poquito de vergüenza, pero antes de que alguno de los dos pudiera decir algo más, una almohada se estampó en su torso y de manera graciosa se corrigió a un «es decir, no. Ya llevábamos rato esperando ¿Verdad Koo?»

— Verdad, hyung —contestó el chiquillo, y en cuestión de microsegundos (y sin soltar la cobija que lo cubría) corrió para desaparecer por las escaleras.

— ¿Cuántos años tiene ese niño?

SeokJin lo miró mal por la pregunta, pero se forzó a sonreír mientras le pasaba una lata de cerveza—. Va a cumplir veintiuno en dos semanas —el moreno volvió a abrir la boca, solo para recibir un bombón y hacerlo callar—. Sí, NamJoon, mi novio ya es legal.

HoSeok volvió a entrar en ese momento, sentándose en el medio de ambos, acomodando su espalda sobre su esposo y colocando sus piernas encima de las de SeokJin.

— He venido a qué me alimentes y a escuchar la historia de cómo conociste a tu novio.

Los tres rieron, pero SeokJin aceptó su destino y los llevó al comedor para darles un poco del estofado que había preparado a petición especial de su niño, quién bajó corriendo cuando el olor a comida se hizo presente dentro de la casa.

Estuvieron ahí un par de horas, comiendo y hablando sobre la historia de amor casi ilegal de SeokJin con su cuñado durante año y medio, hasta que HoSeok comenzó a cabecear, amenazando con quedarse dormido sobre la silla con su mejilla sobre el hombro de su marido.

JungKook no se estaba durmiendo, pero aun así convenció a su novio de llevarlo sobre su espalda hasta su habitación, casi de la misma forma que NamJoon llevaba el menudo cuerpo de HoSeok.

— ¿Quieres que te ayude? —preguntó SeokJin, preocupado por la seguridad de sus amigos a pesar de que estarían en la habitación contigua.

NamJoon negó, apretando más el cuerpo dormido de su esposo contra su pecho—. No es la primera vez que llevo a Hobi así, no te preocupes —abrió la puerta con una mano y miró a ambos chicos—. Mejor lleva a tu bebé a la cama, tal vez quiera leche antes de dormir.

La cara de indignación de SeokJin siempre le iba a causar gracia y ahora, sumándole la carita de confusión del menor sobre su espalda lo volvía mejor.

— ¿Pero no es muy tarde para tomar leche? —murmuró JungKook— hyung siempre dice que comer antes de dormir puede provocar molestias en el estómago.

— Mi amor, no le hagas caso a este imbécil —pidió SeokJin también abriendo la puerta de su habitación y entrando con cuidado de no chocar con nada.

NamJoon rió fuerte antes de entrar a su habitación. «Ojalá Hobi estuviera despierto» pensó mientras acomodaba a su esposo sobre la cama para cambiarle la ropa.

NamSeok Smutty EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora