Parte 7

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Las personas que fueron a recogerles, les advirtieron de que no iban a realizar festejo alguno para no alertar a los posibles informadores del cartel y que además algunos hombres extraños había llegado al pueblo.

Eran americanos o esos parecían, pero no eran voluntarios ni gente de la misión.

-En el pueblo se hizo correr la voz de que los niños que faltaban estaban de excursión, una clase y dos maestros, así que no será raro que unos cuantos niños vuelvan.

En cuanto entraron en el pueblo, vieron a los americanos sucios y desarreglados, la verdad es que destacaban entre la población

*-¿Esos son los extraños?

-Aja

*-Pare el vehículo por favor.

El conductor lo hizo y Don bajo sin prisa, los dos escalones que le separaban del suelo, para estrechar la mano de ambos hombres, mientras todos miraban a través de las sucias ventanillas. Les invito a subir con ellos.

*-Les presento a Kuy y Timoti, son hombres de mi empresa.

-Al ver que no regresaba nos preocupamos y vinimos a buscarle

-Por eso andaban cotilleando

-Lo intentamos, pero nadie nos contó nada y si preguntábamos huían de nosotros.

*-Creían que podíais ser hombres del cartel o espías, no es porque seáis feos.

Los niños rieron alegres. Don les caía muy bien.

-No hemos podido conseguir un alojamiento, por eso estas pintas. ¿Dónde te alojas tú?

*-La verdad es que no me dio tiempo de ocuparme de ello la primera que llegue.

-No es problema, ahora que todos sabemos quiénes somos, pueden quedarse en la misión el tiempo que sea necesario ¿Verdad manita?

Los dos hombres se volvieron a mirarla asombrados al comprender el significado de las palabras del conductor.

-Supongo que no hay problemas ¿Cómo está el padre Josep?

El hombre apretó los labios y negó con la cabeza, ella al comprenderlo se santiguo.

En la puerta de la misión les esperaban los padres y apenas tardaron minutos es agradecerles lo hecho por ellos, recoger a sus hijos y salir casi a la carrera para sus casas, allí comprobarían que sus niños volvían de una pieza.

*-Puedes hacer que mis hombres sean atendidos, tengo que encargarme de algo antes de poder dar por cerrado esta aventura.

Ella afirmo y le vio caminar con seguridad hasta la puerta.

Ella acompaño a los hombres y les indico donde estaba todo, para a continuación ir a hablar con la superiora y luego darse una ducha.

Don entro despacio en el mismo local donde contrato a los hombres que le guiaron de ida y se ocuparon de que su vuelta fuera casi segura.

-Bien, bien. Veo que ha vuelto.

*-Si de una pieza.

Pero...

-Pero solo.

*-Me gustaría conocer a las mujeres de Paolo y Julio, tengo algo que decirles de parte de su marido ¿Es posible?

El hombrecillo entrecerró los ojos suspicazmente.

-Juegue conmigo una partida de ajedrez, así la espera se le hará más corta.

Cuando esas mujeres llegaron, le parecieron demasiado jóvenes para tener tantos hijos. Les aseguro que sus maridos habían sido muy valientes y que, si finalmente habían fallecido, había sido para salvarlos a ellos y a los niños. Las mujeres lloraban y asentían desconsoladas

Les entrego el doble del dinero que había pactado con el hombrecillo allí presente y ellas se golpeaban el pecho entre asombradas y agradecidas.

*-Espero que esa cantidad de dinero les deje vivir cómodamente una temporada.

-Aquí ese dinero es una pequeña fortuna y como no esperaban nada, realmente no terminan de creerlo. Si lo administran bien las ha hecho un gran favor.

Saco otro montón de dinero que le entrego a él.

*-Esto es lo suyo.

-Gracias, espero no tener que volver a servirle, pero si es así, conmigo tiene crédito ilimitado amigo y no solo por buen pagador, si no por buena persona.

Camino derecho a la misión.

Uno de los voluntarios, le indico donde estaba su cuarto y decidió que solo quería dormir, ya se ocuparía de su higiene después.

Supo que no estaba solo, en cuanto cerró la puerta

*-¿Quién esta hay?

El ruido de la cerilla fue su contestación. Aquella figura encendió el candil.

-Soy yo.

A pesar de que la luz no era buena pudo reconocer el cuerpo femenino de una pasada.

*-Naya ¿Qué haces aquí?

-Tus hombres dijeron que mañana os iríais.

*-Debería haberme ido hace días, pero no podía dejarte así.

-Debo agradecerte por eso y por traer a todos los niños a casa, aunque se hayan perdidos dos vidas, es el primer paso que se ha dado para no dejarles quedarse con ellos, espero que se sigan dando en el futuro, y será gracias a tu ejemplo. Veras quería darte esto – Le entrego varios sobres- Son cartas para Britany y mis padres, no quiero que se preocupen.

*-¿Tus padres? ¿Esos que no te perdonaron por no hacerte una religiosa?

-Si y no los guardo rencor.

*- ¿También me ha perdonado a mí?

- ¿A ti? ¿Qué motivo me has dado para tener que perdonarte?

*-Lo has olvidado? Debías de estar más borracha de lo que yo creía. Pero sabes perfectamente que te seduje, que te lleve a la cama y que por eso no hiciste tus botos.

-Tú no fuiste el culpable de eso

*-Aunque no sabía que eras una futura monja, no puedes exonerarme de culpas.

Ella bajo los ojos hasta sus pies, no podía mirarle y confesarse al tiempo-

-Intente decírtelo, pero cuando no me escuchaste decidí que no insistiría y así tu serias mi experimento

*-Experimento ¿Me estás diciendo que me utilizaste?

-Querías ser utilizado ...Veras siempre he tenido una disposición ilógica a veces para ayudar a los demás, para preocuparme, por ser buena e ingenua y en muchos casos tonta, así que mi familia pensó que será una buena esposa del señor. Al crecer y aprender cosas de la vida, muchas de ellas en el dispensario del convento, fui dudando ¿Por qué muchas mujeres pasan por vejaciones para estar con sus hombres? ¿Qué era el amor? Algunas eran absorbidas por el amor físico, así que decidí que antes de ser monja para siempre debía de saber que tan maravilloso era el sexo.

*-Me estás diciendo ¿Qué solo fui tu...desahogo sexual...tu canita al aire?

-Tómalo así si crees que lo necesitas.

La respiración de Don era profunda y pesada, como si estuviera sujetando algo muy pesado.

Mi Querida NoviciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora