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Rouses

Las mujeres que acompañan a Regina quieren matarme lo siento. Regina habla de un proyecto de venta de opioides. Cuando termina la morena a su izquierda empieza hablar de que la mercancía que entra al país ha sido incautada en su mayoría. Cuando le toca hablar a la rubia a la derecha me mira.

—No sé si logres entenderlo

—Haz el intento

Entra con detalles técnicos, habla de los componentes químicos que tendrá su nueva invención. Habla de los implementos que ha usado mientras que mi prima la mira confundida. Cuando termina sonrie.

—No es peligroso la mezcla de adrenalina con el éxtasis.

—Solo es para dar el empuje a ser adictiva, si no pregúntale a Alessio —Lo mira —El sabe perfectamente que puede ser aditivo

—¿Tienen esto por escrito o solo es una presentación hablada? ¿Alguna prueba?

Deja sobre la mesa una pastilla de color verde y la deja sobre la mesa.

—¿Quieres ver las pruebas? —Asiento —Regina puede mosteártelas mañana

—Bien, lo pensaré

—Es un buen negocio —Habla mi prima —No hay perdidas, la aditividad es un hecho

—Y por eso debo pensarlo —Les digo —No pondré la bala en el arma y dispararé solo porque los números sean buenos. Porque esto —Toma la pastilla —Podría destruir la vida de muchos

—Una asesina que tiene conciencia —Habla la rubia —¿Realmente eres el angel de la muerta a quien todos temen o solo eres una marioneta?

—Que tenga conciencia no significa que no pueda matarte, puedo y no me importa que tu hermano esté sentado detras de mí. Lo que me detiene es la alfombra de hilos hindús valuada en más de veinte mil libras y que se mancharía si lo hago.

—Yo no tengo problema

Se lanza contra mí y me toma del cuello. Hago lo mismo y me suelta y la estrello contra la mesa. Su rostro se pone rojo, sus ojos se salen de las cuencas.

—Suelta Rouses, suéltala...

Su corazón va más lento y...

La suelto. Ella toma aire y sé incorpora cayéndose al suelo.

—Maldita hija de puta —Dice con el poco aire que ha recibido —Cronos...

—Agradece que la he detenido.

—No siempre estarás para defenderla

—Tal vez el no, pero yo sí

Apenas Alessio dice eso. Ella se ríe.

—O solo estarás muy ocupado con tu futura esposa

—Pues es a ella a quien deberías hacer daño Sandra —La rubia mira a Regina

—No la amas, no tiene caso, pero a ella sí. No lo olvides, Alessio te causaré el mismo dolor que tú, me hiciste sentir cunado, me dejaste por ella.

—Tu odio es conmigo, no con ella.

—Lastimarla la lastimará.

Lo besa y Regina chilla cuando lo hace.

—Has algo joder —Me exige.

Alessio se aparta. No dice nada

—¿Terminaste? —Le pregunta Alessio. Se limpia los labios —No has cambiado Sandra

—Eres un estúpido. Estúpido. Dejaste lo que te gustaba por ella.

—No, solo decidí vivir.

—Ella ni siquiera te ama. Ese siempre será tu castigo

Seducción [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora