20

46 1 0
                                    

Rouses

Papá, mamá y yo hablamos de ese día. Su partida con mis hermanos es inminente. Papá y Jason deben regresar a cumplir los proyectos que obtuvieron en la convención. Mamá debe regresar a su consultorio y por mi hermano pequeño. Richard debe regresar a preparar clases de recuperación. Y aunque no quiero que se vayan, sé que no puedo retenerlos aquí.

No he visto al señor Caruso desde ese día, solo a Erick que dijo que sus papá se fue a trabajar lejos. Según Erick, es común que haga eso.

Tampoco he visto a la reina. Solo a su hija y esposo, hablo poco con ellos, pero es raro. Mientras que con Erick y mi familia pasamos en el jardín hasta que cae el sol, ellos pasan dentro.

En dos días se irán mis padres y hermanos. Eso me rompe el corazón.

Por otro lado, Brad y Kate me han inundado el teléfono con llamadas y mensajes que no he podido responder. Llegarán en cuatro días a Roma y quiero tenerlos conmigo, es mi consuelo poder tenerlos aquí.

Cuando le pregunte a las hija de la reina si podrían venir, ella dijo que estaba bien. Mientras tanto disfruto de los últimos días con mis padres.

Aunque pido al cielo que dure mucho, no dura. La mañana de su despedida me siento tan triste como si estuvieran arencándome un parte de mi ser. Estoy abrazada a mi madre, que aunque no me parió, me ama como si lo hubiera hecho.

—Cuídate —Habla por décima vez —Come mucho porque si no volveré y no te va a gustar.

—Está bien mamá —Besa mi frente

—Hay mi niña —Papá la mira y ella se va con mis hermanos

—Siempre supe que había algo extraordinario en ti pequeña

—¿Me llevas en la maleta?

—Te encogeré y te meteré ahí que te parece —Sonrió —Llámame y vendré de inmediato

—Si papá

Richard y Jason se acercan y los abrazo. Cuando llegue ellos me dieron un hogar, me compartieron a sus padres y me ayudaron a adaptarme.

—No olvides que ahora tienes dos hermanos que te aman ¿Bien?

—Si

—Ven a casa cada vez que quieras —Asiento

—Cuídate enana

Los miro mientras suben al auto y me aguanto las ganas de llorar. Cuando el auto parte y levanta polvo entro. Erick aparece mirándome

—No estés triste —Dice —Yo no me iré

—¿Lo prometes?

—Lo prometió

Lo tomo en brazos y entramos juntos.

Paso con el hasta la noche. Cuando el bosteza sé que es hora de ir a dormir, estamos recogiendo sus juguetes, cuando la puerta se abre y entra el señor Caruso con su prometida.

—Papá

Erick corre hasta el. Lo toman en brazos y lo alzan.

—¿Cómo te portaste?

—Bien, cuide a Rouses. Sus padres se fueron y ella esta triste —Ambos me miran

—Pobrecita, has quedado huérfana otra vez —No digo nada

—Buenas noches

Salgo dela salón.

—Rouses —Escucho la voz de Erick y me detengo —Yo me voy contigo —Dice

Seducción [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora