A las nueve de la noche, tras la estupenda ducha que nos hemos dado y de la
que estoy convencido que se ha enterado todo el mundo, bajamos de la mano al
salón. Allí, Frida y Andrés se están besando, pero dejan de hacerlo cuando
nosotros aparecemos.
Pasamos al comedor y nos sentamos alrededor de una maravillosa mesa. Taehyung me retira la silla y se sienta a mi lado. Lo veo feliz. Ése es su ambiente y se le nota que está más cómodo. El servicio entra en la estancia y nos sirve un buen vino y después una maravillosa langosta.
Él me pide una Coca-Cola. Entre risas y
confidencias acabamos con el primer plato y nos sirven el segundo, una exquisita carne. Cuando acabamos el rico helado que nos sirven de postre, Frida propone salir al jardín.
Tae, tras atender una llamada de teléfono, se sienta a mi lado. Siento sus
continuas caricias en mi piel y lo noto más pensativo que minutos antes. Aun así,
charlamos hasta bien entrada la madrugada, momento en que nos vamos a dormir.
Al día siguiente cuando me despierto, el sol entra por el gran ventanal. Estoy
solo en la habitación y me estiro en la cama. Las sábanas huelen a él y eso me
hace sonreír. Recordar cómo me hizo el amor la noche anterior me excita, me pone
a cien, pero, convencido de que no es momento de fantasear, me levanto, voy al
baño y me aseo.
Mientras me visto, un ruidito me hace mirar a mi alrededor. Es el móvil de Taehyung.
Lo localizo sobre la mesilla y leo que pone el nombre de «Betta». De nuevo aquel
nombre.
Cuando llego al salón, oigo las risas de Andrés, Frida y Taehyung y me sorprendo al ver a un señor y a una señora junto a ellos. Cuando me acerco, me presentan a los padres de Frida, que han venido para llevarse al pequeño Glen de vacaciones con ellos. Le entrego el móvil a Tae y le indico que ha recibido una llamada de una tal Betta. Él asiente, lo guarda en el bolsillo del pantalón y prosigue tan normal. Los
padres de Frida y el pequeño Glen se van esa misma noche.
A la mañana siguiente, cuando me despierto, vuelvo a estar solo en la cama. Tras lavarme los dientes, me acerco hasta la piscina y rápidamente Andrés me coge y
me tira al agua. Todos nos reímos y pasamos un rato divertido. Sobre las dos de la tarde, los cuatro nos vamos de compras a Cádiz en el coche de Andrés. Acabamos de recibir la invitación para una fiesta temática ambientada en los años veinte y hay que ir a comprarse algo.
Por la noche, tras una divertida tarde de compras, decidimos cenar en la playa.
Acabada la cena en un precioso restaurante de Zahara, tomamos unas copas en un bar y sobre la una regresamos a la casa.
Al llegar salimos a la bonita terraza y nos sentamos. Me gusta sentir a Taehyung tan
cercano, receptivo, tan pendiente de mí. Andrés va a la cocina y trae una botella de
champán. Tras esa primera botella, llega una segunda de la que bebo más
lentamente pero que disfruto de todos modos.
Frida y Andrés son unos anfitriones maravillosos. Intentan que nos sintamos
como si estuviéramos en nuestra casa y lo consiguen con su actitud. Disfruto del
momento sentado en aquel precioso lugar mientras mis ojos miran la piscina oval y
el jacuzzi que hay al lado. Sobre las tres de la madrugada hace mucho calor y Frida
propone darnos un chapuzón en la piscina.
Sin pensarlo un segundo, acepto y subo a mi habitación a ponerme el traje de baño.
Cuando bajo, Frida ya está en el agua con Andrés y Tae me espera en el borde. En
cuanto me acerco a él, me coge a traición y los dos caemos en el agua. Entre risas y
cachondeo, nos bañamos un rato, hasta que, más adelante, Frida y yo nos sentamos en la ancha escalera de la piscina y Tae y Andrés se hacen unos largos.
Cuando los chicos llegan hasta nosotros, Andrés coge a su mujer de un pie y la
arrastra hacia la piscina. Ella protesta pero, dos segundos después, ríe a carcajadas.
En cambio Taehyung divertido se acerca a mí, me coge en brazos y me sienta a horcajadas sobre él.
El agua nos llega hasta la cintura y pronto sus manos se meten por debajo de la
braga de mi traje y me comienza a tocar. Asustado por aquello, lo miro con
reproche y él ríe.
—¡Tae! —le regaño—. No hagas eso. Nos pueden ver.
Su contestación es un tórrido beso que rápidamente consigue calentarme el alma
y la vida. Su boca y sus manos ya me tienen en el punto de partida que él siempre quiere y, cuando se separa de mí, murmura mientras señala con la vista:
—Tranquilo, pequeño. Ni Andrés ni Frida van a asustarse.
Curioso, miro hacia donde él señala y veo que la otra pareja se besa
apasionadamente. Incluso veo que Andrés le desabrocha el biquini a Frida y éste
queda flotando sobre la piscina. Rápidamente miro a Taehyung en busca de una contestación.
—Sí, morenito… a ellos también les gusta el morbo.
Comienzo a temblar, y no es de frío, cuando siento que los otros dos se acercan a nosotros. Frida está juguetona y sale de la piscina. Se sienta en el borde junto a nosotros con los pechos húmedos y resbaladizos mientras Andrés se pone detrás de mí y posa sus manos sobre mi cintura.
Taehyung, al ver cómo lo miro, mueve la
cabeza y Andrés me suelta en seguida, sale de la piscina y, tras besar a su mujer,
ambos desaparecen en el interior del chalet.
Estoy nervioso. ¡Histérico!
No sé dónde meterme, pero siento que mi pene se lubrica y se deshace.
Taeyung, al notarme tenso, se levanta de la ancha escalera y, sin soltarme, se mete
conmigo hacia el interior de la piscina. Me agarro a él con desesperación.
—Tranquilo, pequeño. Conmigo nunca harás nada que tú no quieras.
Boqueo como un pez. Me falta el aire y consigo susurrar:
—Ellos… ¿juegan a los mismos juegos que tú?
—Sí.
—¿Y…?
—Hobi, te tiene que quedar claro lo que te dije hace poco. El sexo es sólo sexo.
Frida y Andrés son una pareja muy sólida que tienen claro qué es lo que les gusta
en el plano sexual. Hemos ido en varias ocasiones juntos a club de intercambio de
parejas y allí han disfrutado de tríos y orgías y, cuando han regresado a su casa,
han continuado siendo ellos mismos. Andrés y Frida. Una pareja.
—¿Tú has… has estado con ellos?
—Sí. Nosotros dos para ella.
Escucha, Hobi, debes entender que tanto Frida, como Andrés y como yo tenemos las ideas claras y sabemos diferenciar entre el sexo y los sentimientos. A los tres nos gusta disfrutar del morbo del juego pero, una vez acaba, nos respetamos como personas. Por cierto, la fiesta a la que estamos invitados mañana es…
—Una fiesta donde todo el mundo juega, ¿verdad?
Él asiente.
—Si tú no quieres, no tenemos por qué ir.
Durante un rato, los dos permanecemos callados hasta que me lleva hasta la
escalera, me toma de las manos y me dice:
—Ven. Entremos en el jacuzzi.
Lo sigo hasta allí.
—Qué calentita —murmuro al entrar en él.
—Demasiado caliente. —él aprieta unos botones y, segundos después, el agua
se enfría.
Permanecemos callados mientras las burbujas explotan a nuestro alrededor,
hasta que él me atrae de nuevo hacia sí y me sienta de nuevo a horcajadas sobre él.
—¿Ves cómo me tienes? —dice mientras me aprieta contra su pene.
—Sí. —Sonrío y, sin poder evitarlo, pregunto—: ¿Qué te hubiera gustado que
hubiera pasado en la piscina?
Echa la cabeza hacia atrás.
—Ah… cariño. Me hubiera gustado que hubieran pasado muchas cosas.
—Cómo por ejemplo… —insisto.
Él levanta el mentón y me mira.
No contesta.
—¿Te ves compartiéndome a mí con otro hombre?
—Si tú quieres, sí —responde con una sonrisa.
Sólo decirlo me excita. Me excita mucho.
Él clava su mirada en mí.
—Tu placer es mi placer y, si tú me lo pides, te compartiré. Pero, llegado el
momento, seré yo quien mande en ese juego. Eres mío y quiero que quede claro.
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All You Want (Vhope)
FanfictionTras la muerte de su padre, Taehyung, un empresario alemán decide viajar a España donde conoce a Hoseok, un joven del que se encapricha y con el que entrará en morbosos juegos llenos de fantasías y sexo. HOSEOK BOTTOM & TAE TOP ADAPTACIÓN