Epílogo.

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Género: Drama/Romance/Lemon.

Pareja: SasuHina.

"«Pensamientos»"

"Recuerdos"

Los Personajes de Naruto no me pertenecen, son de Kishimoto

Advertencia: Esta historia contiene escenas +18, leer bajo su propia responsabilidad.

oOoOoOoOoOo

"Él ha vuelto. Mamá está dormida o vuelve a estar enferma. Yo me escondo y me acurruco debajo de la mesa de la cocina. Veo a mamá a través de mis dedos. Está dormida en el sofá. Su mano cae sobre la alfombra verde y pegajosa, y él lleva sus botas grandes con la hebilla brillante y está de pie junto a mamá, gritando. Pega a mamá con un cinturón.

—¡Levanta! ¡Levanta! Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta. Eres una jodida puta.

Mamá hace un ruido, como si sollozara.

—Para. Por favor, para.

Mamá no grita. Mamá se acurruca más.
Yo tengo los dedos metidos en las orejas, y cierro los ojos... El ruido cesa.

Él se da la vuelta y veo sus botas cuando irrumpe en la cocina. Todavía lleva el cinturón. Intenta encontrarme. Se agacha y sonríe. Huele mal. A cigarrillos y alcohol

—Aquí estás, pequeño."

Un gemido escalofriante lo despertó. ¡Dios! Estaba empapado en sudor y su corazón latía desaforadamente. ¿Qué demonios? Se sentó de un salto en la cama y tomó su cabeza con ambas manos. Dios… Habían vuelto sus pesadillas. El ruido era él. Respiró profunda y acompasadamente, para despejarse la mente y las fosas nasales del olor a bourbon barato y a cigarrillos Camel rancios.
Estaba sentado. Expectante. Tenía el corazón desbocado. Eran las 03:33 y miró por el cristal de la amplia ventana, las gotas de lluvia caían del cielo sin cesar, el fuerte viento empujaba los vidrios provocando que los golpes retumbaran en cada espacio que los tuviera.

En el ambiente se respiraba tensión, y aunque intentaba mantener la calma, la expectación y la ansiedad hacían que se le formará un nudo en el estómago y que sintiera una fuerte presión en el pecho. Su tensión le estaba afectando. Creía que hoy había sido un día distinto. Tenía esperanzas. Había sido su primer día productivo desde que ella lo dejó, o eso le había parecido. El optimismo lo había hecho llevar las reuniones con entusiasmo. Cerró ambos ojos, con la esperanza de reconciliar el sueño de nuevo, pues al día siguiente debía de seguir con un arduo trabajo... Pero al ver que sus intentos fueron el vano, abrió los ojos, resignado.

Pronto la imagen de Hinata al marcharse acudió a su mente: su rostro triste y sombrío, compungido por el dolor y la confusión. No le gustaba ese recuerdo. Dolía.
Había sido él quien la hizo sentir así de desgraciada. Llegó demasiado lejos, demasiado rápido. Y eso lo llenaba de una desesperación tal que se había convertido en un sentimiento habitual desde que se marchó. Cerró los ojos e intentó recuperar la calma, pero se enfrentó a su miedo más profundo y oscuro.

"—¿Qué está haciendo, Karin? —un sutil susurró proveniente de un hombre se escuchó.

Nadie respondió.

—¡Eit, Karin! Te estoy hablando, sorda —aumentó aún más el volumen de su voz.

—¡Cierra la boca, idiota! Puede escucharte —musitó en un regaño con susurro—. Sólo está... Viendo la ventana.

—Si que es extraño —alzó ambas cejas—. ¿Qué lograste averiguar sobre la Hyuga?

—A decir verdad, no mucho —la pelirroja ajustó sus gafas—. Naruto me dijo que le había presentado a un chico y... Hinata accedió a salir con él, mencionó su apellido... Sólo no recuerdo si era Inozuka o Ōtsutsuki... O los dos."

Ya había otro hombre en la vida de ella. Compartía su pequeña cama blanca y su hermoso cuerpo con algún maldito extraño.

Maldita sea, Uchiha. Sé positivo.
No pienses en eso. No está todo perdido. La verás muy pronto. Tus planes siguen su curso. La vas a recuperar.

Abrió los ojos y observó el gran techo de su habitación, un sentimiento de culpa comenzó a surgir en su interior... ¿Ella estaría bien? No, después de lo ocurrido y conociendo su vulnerable corazón, seguramente estaría tirada en su cama, llorando y sintiéndose miserable... Y todo, todo gracias a él, gracias a su egoísmo.

Quiero que vuelva.
Dijo que me quería…

Esa idea lo reconfortó y le desconcertó al mismo tiempo.

No. No. No pienses en eso. Es imposible que sienta eso por mí... Tranquilízate, Uchiha. Céntrate.

La adrenalina que inundaba su cuerpo hizo que se le acelerara el corazón... Era el responsable de la tristeza de la peliazul.

Instintivamente giró su cabeza, observando el lado contrario de su amplio colchón... Estaba... Vacío. El lugar que solía ocupar la morena... Estaba vacío. Su mente aún estaba asimilando su partida, aún recordaba su cuerpo desnudo recostado sobre la cama, su gran y brillosa melena azulina, que le llegaba poco más abajo de las caderas. Sus mejillas adornadas por ese leve carmín tan característico de su persona... Sus labios rosados... Su mirada, la manera en que brillaban sus ojos cada que la tocaba.

Visualizó las almohadas solitarias en la cama de un completo monstruo... A decir verdad, conocerla fue algo joven, salvaje y libre. Quererla fue sereno, caliente y dulce. Conocerla fue como la luz del sol, que lograba sacarlo de esa oscuridad infinita en la que vivía... Era estar sano y salvo. Era como un lugar estable para bajar sus defensas.

Pero también quererla fue tonto, oscuro y mezquino. Quererla seguiría haciéndole daño, aunque quererla fue como la luz del sol... Para que después lloviera a cántaros. Perdió mucho más que sólo sus sentidos... Porque conocerla tuvo sus consecuencias, ahora estaba pagando por ello y quizá seguiría haciéndolo por el resto de su vida.

Había hecho el sacrificio de dejarla ir en busca de un verdadero amor, un amor digno de su persona. Alguien a quien amará y quien la amará a ella también... Esto último era algo que el Uchiha no podía hacer, pues los demonios del pasado seguían atormentándolo, sus recuerdos y pensamientos.

Reconocer que sus amigos tenían razón, que realmente llegó a sentir un cariño diferente por la ojiperla ya no servía de nada. Se había marchado... Muy en el fondo, sabía que la echaría de menos, sus risas discretas, su comida... Sí, aunque sólo habían sido un par de veces, sin duda su comida era la mejor que pudo haber probado, después de la de su madre.

Ahora sólo eran memorias, dulces recuerdos que guardaría y grabaría en lo que le quedaba de corazón.

Su dulce pedazo de luna.

Lo único que deseaba era Hinata olvidará el trago amargo que le causó el haberlo conocido, posiblemente lo recordaría como un error más que necesitaba para avanzar, pero lo recordaría... Aunque fuera con odio como su "Sex Instructor".

Sex Instructor. || SASUHINA 🔞[✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora