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Daella sin duda era la princesa más querida de todo Kings Landing, alegraba los días de los sirvientes en la fortaleza roja mientras su hermosa voz deleitaba a cualquiera que la escuchara cantar en Alto Valyrio. El suceso provocado por los menores en Driftmark se volvió motivo de habladurías durante semanas aún después de el funeral de Laena y despues de su visita RocaDragón. Pero desde que su hermana tomó la descicion de irse a Dragonstone el humor de la princesa decayó.

Estaba feliz de que su hermana se volviera a enamorar, a pesar de la repentina "muerte" de Ser Laenor Velaryon y ahora Rhaenyra vivía feliz en Dragonstone con Daemon y sus hijos. Pero a Daella no se le borro de la mente el momento en el que se entero de esto.

Días después del funeral de Ser Laenor Daella despertó y escucho mucho movimiento fuera de las habitaciones -¿Que esta ocurriendo afuera?- le pregunto a una doncella que se encargaba de arreglar su cabello.

-La princesa Rhaenyra... Uhm... se irá a Dragonstone.- Esto provoco que el estómago de la princesa se resolviera. Rhaenyra se iría y con ella se irían Luke, Joffrey y Jace. En el momento en el que terminaron de arreglarla salió corriendo para encontrar a su hermana e impedir que se separaran.

Bajo las escaleras sujetando su vestido sin cuidado de ver a quien chocaba, al llegar al patio principal y encontrar el carruaje grito -Rhaenyra!- la princesa se giro con pésame, tenia la esperanza de que no lidiaria con una despedida de su hermana menor. Se había despedido rápidamente de sus otros hermanos con los cuales la relación había mejorado en gran medida al igual que con Alicent a espaldas de la mano del rey. Pero ahora debía lidiar con el corazón herido de su hermana favorita.-No se vayan- le suplico con dolor en su mirada.

-Ella...- trato de detenerla pero la menor era persistente.

-No se tienen que ir, los sueños han mejorado, la familia ha mejorado... por favor.- la desesperación en su voz fue notable, su hermana se coloco a su altura.

-Oye, no nos iremos para siempre.- le aseguro limpiando una lagrima que corría por la rosada mejilla de Daella -Yo se que estamos mejorando, pero creo... que estaremos mejor en Dragonstone, lejos de... los problemas.

-Yo los protegeré, evitare que hablen de ustedes a malas lenguas, cortaré la cabeza de quien los insulte pero por favor no se vayan.- le pidió y la mayor soltó una risa emotiva, su hermana era Inteligente, esperaba que eso la ayudara a derrotar a la serpiente que yacía al interior del castillo.

-Podrás ir a visitarnos cuando quieras y... nosotros vendremos a Visitarlos.- le aseguro mientras Daella limpiaba su nariz. -Ahora, la parte difícil.- le dijo señalando detrás de ella donde Jacaerys se encontraba igual de derrotado ante esa descicion.

-Jace...- no importo quienes los vieran, los dos pequeños se fundieron en un abrazo.

-Estaremos bien.- le aseguro el castaño.- te enviaré cartas todos los días y... un día... nada nos podrá separar.- le prometió mientras los ojos de Daella se aguaban y asentía.

-Somos fuego, hechos para arder juntos.- susurro uniendo su frente con la de Jace quien asintió, a sus espaldas Rhaenyra se conmovía por la escena de el amor más puro que jamás se pudiera encontrar, por otro lado Alicent miraba a la lejanía como el joven corazón de su hija menor dolía ante la separación.

Ella nunca experimento eso, su padre la manipulo para casarse con un hombre al que ella en realidad no amaba pero con el tiempo aprendió a hacerlo. No quería eso para sus hijas, no para Helaena y no para Daella. Sabía que aún con el veneno rodeando a su familia, Rhaenyra era feliz con sus hijos y con quien sea que fuera el padre de estos y ahora... seria feliz con Daemon.

𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄// 𝐉𝐀𝐂𝐀𝐄𝐑𝐘𝐒 𝐕𝐄𝐋𝐀𝐑𝐘𝐎𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora